Clubtura, fundada en 2007, es una asociación que aglutina a diferentes salas de conciertos de Galicia, todas ellas profesionales. Ahora tiene 35 socios, de los que cinco son de A Coruña: Playa Club, Bâbâ Bar, Mardi Gras, Jazz Filloa y Garufa. Han firmando un convenio con el Concello para promocionar la música en directo en estas salas. Su gerente, María Nieto, habla del acuerdo con el Ayuntamiento y de la campaña que acaban de iniciar.

-¿Qué cambia para las salas esta campaña de promoción con el Concello?

-Nunca se había hecho nada así. Es una iniciativa sencilla. Es un convenio de 5.000 euros más IVA y nosotros revertimos esa inversión en la ciudadanía. Hacemos 5.000 flyers por valor de un euro. No se dejan en los bares, se empezaron a repartir en mano el pasado viernes e iremos avisando por las redes sociales en los diferentes puntos de la ciudad en los que se pueden recoger. Estos flyers son para que cualquier persona que los tenga los pueda utilizar en cualquier concierto de las cinco salas asociadas, con pequeñas restricciones que se avisarán en las redes. Además, se ha puesto en marcha una campaña publicitaria en radios promocionando las salas profesionales con el lema Onde vive a música, onde revives ti. Hay vídeos promocionales también para redes y unas bolsas de tela para las personas que las salas consideran que son sus embajadores, los que son asiduos. Hay también una web, salasdeconciertoscoruna.org

-¿Cómo programan estas salas, lo hacen conjuntamente?

-Hay de todo. Desde Clubtura intentamos que tengan una coordinación, aunque siempre se van a contraprogramar porque se programa jueves, viernes y sábados, con alguna excepción. Procuran que los conciertos que coincidan no tengan el mismo público para no comerse terreno unas a otras. También se procura coordinar giras un poco complicadas, de bandas que vienen de lejos y no van a venir a Galicia solo por un concierto, así que les buscamos actuaciones en otras salas de la red. Estamos hablando de aforos muy pequeños, la sala más grande es la Capitol, con un aforo para 600 personas y, la más pequeña, el Jazz Filloa, con 40.

-¿Qué tipo de músicos tienen cabida en estas salas?

-Todo tipo, desde artistas locales, hay también bandas residentes, grupos internacionales...

-¿Es un trampolín para los artistas locales?

-A nosotros nos encantaría. Lo ideal sería que abrieses un lunes y tuvieses 200 personas haciendo cola en la puerta, pero es muy complicado ampliar público y bolos, porque ya lo tienes casi todo cubierto. Buscamos que haya más y mejor. Con este tipo de iniciativas se puede ampliar público y puede que, de los diez que aparecen por casualidad a un concierto, dos se queden y repitan. Si vas ampliando dos cada fin de semana, en dos años, a lo mejor, puedes programar otro día de la semana más. Es un futuro complicado. Desde Clubtura nos pusimos en contacto con la Xunta para trabajar con el borrador de la nueva ley de emergencias, que es imprescindible para regular la música en directo.