Xosé Lois Martínez Suárez, profesor de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, fue el promotor de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para las galerías de La Marina, que finalmente no prosperó. A pesar de que los edificios en los que se encuentran son de propiedad privada, considera que debían contar con esta figura de protección porque "la riqueza cultural de un país o de un pueblo está por encima del interés particular de un propietario".

Martínez añade que si un monumento u obra de arte recibe esta calificación, "el Estado tiene la obligación de ayudar a su conservación", ya que tanto los propietarios como la Administración adquieren una serie de obligaciones. "Si se declara BIC es porque tiene interés para el país, es como cuando se arreglan los monasterios, las iglesias o los pazos", comenta este profesor acerca de los edificios en los que se aprecia un valor cultural.

En el caso del fracaso de la declaración como BIC de las galerías de La Marina, sobre las que este profesor ha investigado a lo largo de su carrera, a su juicio "lo que primó fue una visión decimonónica de lo que es un monumento", así como otra "interesada" sobre la propiedad privada.

"Es el gran conjunto monumental de madera y vidrio de Galicia e incluso de España y Europa", asegura Martínez sobre el grupo de edificios de fachada acristalada de La Marina, sobre los que recuerda que hay libros publicados sobre ellos en Noruega, Dinamarca y Alemania, en los que se le considera como una obra maestra de la cultura arquitectónica.

Acerca del expediente que acaba de abrirse sobre el mural de Urbano Lugrís existente en un bajo comercial de la calle Real, la opinión de este profesor es que debe ser declarado un Bien de Interés Cultural por la Xunta, al margen de que se trate de una obra de arte de propiedad privada. Cuando se aborda un proceso de este tipo, esa consideración es "secundaria", según su criterio, ya que no ponerlo en marcha por ese motivo es "como si no se debe declarar zona de protección forestal un monte porque esa medida obliga al propietario a mantenerlo".

Un aspecto que para Xosé Lois Martínez es decisivo sobre la calificación del mural como Bien de Interés Cultural, además de la calidad artística del conjunto de la obra de Urbano Lugrís, es que "A Coruña es la protagonista de muchos de sus murales". Este profesor y arquitecto pone especial énfasis en que el mural que fue pintado en la calle Real "la ciudad es la protagonista de una obra artística realmente excepcional y lo demás son excusas de mal pagador".