Están a punto de cumplirse ya diez años desde que los principales ayuntamientos del área coruñesa, Diputación y Xunta anunciasen una urgente reordenación comarcal del servicio de bomberos que nunca llegó a producirse.

Galicia, una de las comunidades con mayor riesgo de incendios, es la única que ha privatizado buena parte del servicio de bomberos. Las grandes ciudades disponen de una dotación pública para afrontar las emergencias, pero sus populosas áreas metropolitanas están en manos de insuficientes servicios de gestión privada. Este sinsentido está detrás de grandes desastres ocasionados por el fuego en la comarca coruñesa. Como la destrucción del polígono de La Artística. A Coruña ha vuelto a poner sobre la mesa esa coordinación de los bomberos que respaldan todos los municipios del área, más allá del color político.

Buscan optimizar los recursos para una mejor respuesta a las emergencias. La iniciativa, a la que nadie se opone, no acaba de desatascarse en San Caetano.

El tempo electoral parece tener prioridades más urgentes que la seguridad de los coruñeses. Olvidan que el que juega con fuego, se quema.