La Audiencia Provincial ha condenado a los cinco miembros de una banda con vínculos familiares que vendía cocaína y heroína tanto en sus casas como en puntos de Arteixo y A Coruña. Se les aplican penas por integración en grupo criminal, de ocho meses a cada uno de los acusados, y por un delito contra la salud pública. En este punto, todos los acusados reciben un castigo de cuatro años de cárcel, menos uno de ellos, al que se le imponen cinco por incurrir en la agravante de reincidencia. Todos los miembros de este clan están condenados a pagar 21.829 euros cada uno.

La sentencia recoge que, en noviembre de 2014, la Brigada Provincial de Policía Judicial del 091 recibe unas informaciones confidenciales que alertan de que uno de los acusados -el que tiene antecedentes y recibió más pena que los demás- se estaba dedicando al tráfico de estupefacientes, en concreto de heroína y cocaína. A partir de ahí, los agentes iniciaron una investigación "que les permitió comprobar no solo la veracidad" de la información recibida, sino también que en estas labores de compra y venta de drogas participaba su mujer y que no era la única, según consta en el fallo de la sección Segunda de la Audiencia Provincial.

Los funcionarios vieron también que el condenado estaba en contacto con otro hombre de manera continuada, a quien identifican como el facilitador de las sustancias y también como vendedor. En ese momento, según consta en el fallo, la pareja de este hombre es la hermana de la mujer del otro de los acusados -el condenado a cinco años y ocho meses de cárcel-, que también participaba en las operaciones de venta de drogas.

En enero de 2015, según recoge la sentencia, se unió al grupo otro hombre -ahora también condenado- al que el líder del grupo "encomendó en varias ocasiones labores de venta a terceras personas de cocaína y heroína".

El 28 de febrero del año pasado, el acusado con antecedentes penales y al que se le aplica una agravante de reincidencia fue detenido y el 2 de marzo ingresó en prisión. Estos hechos no provocaron que la banda abandonase la actividad. En abril se produjo la detención de todos los demás miembros del clan. Antes de que se efectuasen los arrestos, los agentes siguieron los pasos de la banda, registrando hasta siete encuentros con clientes en diferentes puntos, desde el polígono de A Grela hasta las inmediaciones de la biblioteca municipal de Meicende. Los agentes tuvieron intervenidos los teléfonos de los sospechosos, de manera que conocían sus códigos. Hablaban de Madrid para referirse a la cocaína y de Barça para la heroína, para determinar las cantidades decían que eran entradas o camisetas. Los agentes recogieron también conversaciones en las que los acusados hablan de la calidad del producto. "Este Barça no juega igual", se quejan.

En una infracción del tráfico cometida por el primero de los detenidos, los agentes de la Guardia Civil se incautaron de bolsitas de heroína y cocaína valoradas en unos 850 euros. Tenía, además, 1.540 euros y cuatro teléfonos móviles. En el registro del trastero de sus cuñados, en abril de 2015, los agentes encontraron heroína por valor de casi 20.000 euros, un molinillo y una báscula de precisión así como paracetamol mezclado con cafeína, para preparar la mezcla antes de vender las dosis. La mujer del primer detenido fue interceptada también el 7 de abril, con heroína valorada en 675 euros y 1.895 euros obtenidos en la venta de drogas. En el registro de su casa, los agentes también se incautaron de 1.875 euros.

La entrada de este quinto miembro de la banda responde, según explica la sentencia, al casamiento de dos de los condenados, que se celebró el 30 de enero. La boda fue el argumento que la pareja utilizó para justificar las grandes cantidades de dinero que tenían en su casa. El cabecilla de la banda declaró que se dedicaba al trapicheo, aunque aseguró que no obtenía beneficios económicos por esta actividad, según consta en la sentencia.