Los encuentros con vecinos del Dillo ti se han convertido esta semana en el centro de la polémica municipal. Los partidos de la oposición han criticado un formato de reuniones en las que el Gobierno responde a preguntas de los vecinos por entender que se trata de un "acto político" financiado con dinero público. Pero, ¿a cuánto asciende cada sesión? Según las cifras que maneja el Concello, el coste de cada una de estas citas alcanza los 617,48 euros en los centros cívicos que ya tienen instalado equipo de sonido y los 702,18 en aquellos que no cuentan con él.

Desglosadamente y por cada sesión, el Ejecutivo municipal imputa al servicio de conciliación de monitores para atender a los menores de edad durante estos encuentros un total de 88 euros, al servicio de interpretación de la lengua de signos 166,48 euros, y al servicio de mediación y recogida de aportaciones de los vecinos durante los encuentros 363 euros. Para la megafonía, en el caso de aquellos centros cívicos que no cuenten con sistema propio, el coste que cifra el Concello ascendería a 84,7 euros.

Además, y en concepto de gastos genéricos, el Gobierno imputa al trabajo de creación de la imagen gráfica, nombre y lema y producción y distribución de una campaña de comunicación del Dillo ti un gasto de 21.777 euros.

El único grupo de la oposición que ha hablado de cifras es el PSOE, que estima que para los cuatro encuentros que ya se han realizado se gastaron 38.500 euros. En la Comisión de Participación del lunes, PP y PSOE votaron a favor de paralizar "temporalmente" el Dillo ti, al menos hasta que se "reformule" el formato de estas reuniones. Socialistas y populares aseguran en el dictamen que la iniciativa puesta en marcha por el Ejecutivo de Marea es un "acto político que se viste como institucional" y que no cumple ningún objetivo de participación ciudadana que garantice "una respuesta eficaz y eficiente". Según el reglamento orgánico municipal, el acuerdo no tiene carácter vinculante, es decir, que el Ejecutivo puede continuar con los encuentros y desoír a la Comisión, aunque en él se insta a que se someta también a la votación de un pleno ordinario.

El alcalde, Xulio Ferreiro, señaló ayer que los que pretenden suprimir este programa buscan "robar a los vecinos su derecho a la participación". "La gente lleva pidiendo durante años que los políticos no solo acudan a sus barrios cada cuatro años, solo cuando toca ir a votar", resaltó el regidor, "realmente creo que nadie puede entender esta crítica más allá de los miembros de los grupos municipales que la plantearon".