-¿Sigue existiendo preocupación por las pruebas a alumnos entre los docentes y las familias?

-Es un proceso del que somos conocedores desde hace tiempo que se iba a producir, pero nos faltaban las claves de cómo iba a ser porque la información acaba de aparecer hace una semana y pico. Hasta entonces solo había atisbos desde el Ministerio de Educación, pero en Galicia no sabíamos cómo iba a aplicarse. Los padres están preocupados desde hace tiempo y nos transmiten esa inquietud, pero cuando nos preguntaban cuándo y cómo iba a ser nosotros no teníamos la respuesta. Ahora, que ya sabemos cómo va ser, tenemos que ejecutar esa prueba porque es oficial.

-Pero hay colectivos de padres que están animando a que los niños no se presenten a ella.

-Sí, ahora mismo es más un movimiento social, tanto a nivel asociativo como individual, que lo plantea. El año pasado la novedad fue la prueba en el tercer curso, aunque en cuarto ya teníamos desde hace años pruebas diagnósticas. Hubo un reflejo variopinto de esas pruebas de tercero, ya que en algunos centros el alumnado participó de modo mayoritario, mientras que en otros faltó de forma significativa. Con la prueba de sexto la inquietud es mayor porque este curso es el fin de la etapa de Primaria y los padres se están moviendo mucho, aunque no sabemos cuál va a ser la postura que tomen. Pero hay una complicación enorme, ya que van a ser tres días de prueba y muchas familias no se pueden permitir dejar de mandar a sus hijos al centro aunque crean que no deben hacerlo. Como docentes creemos que es un proceso que va a tener que ser ejecutado demasiado rápido porque luego habrá que hacer la corrección, cargar los datos en el sistema informático y tenerlo todo terminado a finales de este mes.

-¿Cuál es su opinión sobre la finalidad de la prueba?

-No veo mal que sea una evaluación para hacer un recuerdo general, pero lo veo todo muy precipitado y acelerado, y además no creo que este sea el formato más adecuado.

-¿Cree que detrás de esta prueba subyace la intención de hacer clasificaciones de centros?

-Se jura y se perjura que no va a ser así y, de hecho, sobre lo que iba a ser la prueba se han ido produciendo cambios, ya que iba a ser realizada por agentes externos y ahora ya no es así. Va a haber unos informes individualizados y por lo tanto alguna repercusión va a tener, sobre todo en la relación entre la familia y el centro, pero quiero creer que no va a derivar en ningún tipo de clasificaciones, ya que nunca se ha dado, aunque nosotros somos siempre casi los últimos en enterarnos de cómo se van a producir estas situaciones.

-¿Temen que los centros con peores resultados queden estigmatizados?

-Ese tema está encima de la mesa en todos los debates que tenemos con los padres, pero quiero entender que no va a acontecer y todas las versiones oficiales van en ese sentido. Pero si el objetivo final realmente fuera ese, me ratifico en que el formato no es el más adecuado, al igual que los tiempos.

-En las jornadas hablarán también sobre la convivencia escolar. ¿Hay muchos conflictos en las aulas coruñesas?

-Ahora tenemos un buen baremo que es la reciente encuesta realizada sobre este asunto a todos los alumnos de quinto y sexto, a las familias y el personal docente, ya que nos ha servido como punto de arranque para la reformulación del plan de convivencia de cada centro. Por lo que he hablado con los compañeros, los datos de la encuesta vienen a decir que la situación de la convivencia es buena y que no hay casos especiales de conflicto y sobre todo serios. En los centros de Primaria surgen conflictos todos los días, pero los atajamos de inmediato entre los tutores y la jefatura de estudios y no suelen derivar en problemas de convivencia. Pero la formación que tenemos en esta materia es mínima o inexistente.

-¿Habría que intensificar esa formación en los docentes?

-Habría que reformular la formación inicial de los docentes para incidir en la convivencia positiva y las estrategias para la resolución de conflictos. A lo largo de nuestra profesión nos vamos formando en esta materia, pero el déficit existente es importante y tiene que cubrirse a un mayor nivel.

-La protección de datos es otro de los contenidos de las jornadas. ¿Hay problemas en los colegios con este asunto?

-La consellería acaba de publicar un protocolo que debería ser una herramienta práctica, pero es de más de 50 folios, lo que supone un problema para gestionarlo. Estábamos actuando de muchas formas en este campo, con sentido común pero sin adaptarnos del todo a la norma. Este protocolo nos va a venir bien, pero al final se convierte en un elemento engorroso por lo amplio que es.

-Los desafíos tecnológicos también serán tratados en este encuentro. ¿Están los docentes tan superados por los alumnos como los padres?

-Totalmente. Yo siempre digo que los niños de esta generación son los del pantallazo, porque continuamente tienen una pantalla delante y nuestros alumnos son así. Los docentes intentamos adaptarnos, pero no cabe duda de que nos llevan ventaja y si el profesor antes era el poseedor del conocimiento ahora eso cambia y por lo tanto nosotros metodológicamente también tenemos que cambiar.