-En julio de 2014 su asociación hizo un llamamiento a la refundación del movimiento vecinal coruñés. ¿Cuál fue el motivo?

-Después de una reflexión de años sobre el movimiento vecinal, entendimos que era necesaria una refundación como un movimiento claramente unitario, independiente de las formaciones políticas y de los intereses empresariales y comerciales. Para nosotros, el problema fundamental era que el movimiento llevaba muchos años sin reflexionar cuál debía ser su futuro ni su modelo, por lo que instamos a la federación a convocar una jornada de reflexión y debate.

-¿Por qué se rechazó?

-No tuvo un excesivo eco, aunque algunas entidades mostraron interés. Pero por parte de la federación no hubo el más mínimo interés. Estamos desencantados porque no hubo un respuesta favorable, salvo por parte de algunas asociaciones que podríamos contar con los dedos de una mano. Da la sensación de que algunas entidades están muy condicionadas por las orientaciones políticas de sus dirigentes, de forma que no ven el movimiento vecinal como algo unitario sino como algo en lo que conviene estar y en algún caso utilizarlo.

-¿Es un problema que haya dirigentes vecinales vinculados a partidos políticos?

-No es ningún problema, sino al revés, porque la gente vinculada a partidos políticos cabe esperar que tenga una mayor conciencia social y ciudadana, aunque en algunos casos tenemos la impresión de que actúan como correa de transmisión de esos partidos. Por eso impulsábamos unas jornadas en las que entre todos decidiéramos cuál era el modelo a seguir y luego elegir una nueva dirección de la federación.

-¿De dónde nace la vinculación de algunas asociaciones vecinales con formaciones políticas?

-En algunos casos viene de lejos, pero nosotros pensamos que el verdadero problema es que no hay un modelo de futuro, y cuando no lo hay, este tipo de situaciones se puede plantear porque cada uno se arrima a su ideología. Hace años, y con independencia de que hubiera dirigentes con militancia política, no se veían tan claras estas cosas, por lo que dirigentes históricos que militaban en partidos tuvieron un comportamiento exquisito y claramente independiente.

-¿Cuál es la situación del movimiento vecinal ahora? Por un lado está la federación y por otro unas asociaciones que se han desvinculado de ella.

-Tengo la sensación de que no nos estamos ubicando bien con respecto al Gobierno municipal porque hemos pasado de una situación en la que el anterior nos negaba todo a una en la que el actual parece que quiere impulsar la participación y está tomando medidas. No sé si alguna polémica que se ha creado es ficticia, pero nosotros no hemos tenido ningún inconveniente para hablar con todos los concejales que hemos querido.

-Pero la federación se queja de que no se la tiene en cuenta con los nuevos mecanismos de participación.

-Me parece que esas nuevas vías no son contradictorias con la existencia de la federación y que además deberíamos apostar por la participación ciudadana. Desconozco cuáles han sido los planteamientos que se han llevado por la directiva de la federación ante el Gobierno local porque no nos han informado, pero nuestra entidad no ha tenido el más mínimo problema para reunirse con cualquier concejal ni con el alcalde.

-¿Qué opinión le merecen los encuentros vecinales llamados Dillo ti?

-No he acudido a ninguno, pero desde fuera me parecen bien. La postura de la oposición sobre ellos me parece absolutamente inentendible.

-Se acusa a estas reuniones de intentar desarmar al movimiento vecinal.

-Yo no creo que sea así. Es más, me parece inadecuado que las entidades vecinales nos opongamos a estos canales de participación. ¿Que puede haber otros mejores? Seguro. ¿Que se pueden mejorar los modelos de participación? Siempre. Pero todo lo que sea participación nos parece bien y si algo se está haciendo mal que se mejore. ¿Cómo nos vamos a oponer a la participación vecinal si somos vecinos?

-Hace mención a la necesidad de la unidad del movimiento vecinal. ¿Corre riesgo si persiste la desunión?

-Sí, claramente. Si no hay modelo de futuro estamos abocados al fracaso porque no sabemos a dónde vamos.