La actriz coruñesa María Pujalte regresa a su casa de la mano de la obra teatral Losers, una comedia romántica centrada en las vivencias y emociones de una pareja de mediana edad en las diferentes etapas de su relación. La obra, creada por la autora Marta Buchaca y también protagonizada por el actor Vicente Romero como contrapunto escénico de Pujalte, será representada en las tablas del teatro Colón el próximo 13 de abril a las 20.30 horas. Las entradas pueden ser adquiridas entre los 18 y los 20 euros, según la ubicación.

-La pareja que protagoniza la obra se conoce en una tienda de móviles. ¿Es este punto de partida una forma de destacar la relevancia que sigue teniendo el contacto físico por encima del electrónico?

-Creo que esta lectura está en la obra de Marta Buchaca. Mi personaje está muy enganchado a las redes sociales, y el personaje de Manuel, interpretado por Vicente Romero, es todo lo contrario, pero luego ellos se conocen y se encuentran en la vida.

-La obra empieza de una forma idílica, pero luego llega la convivencia de los personajes.

-La obra es una comedia romántica de principio a fin y, como todas, es divertida y tiene un final feliz, lo que pasa es que en esta función cuando se encuentran, se gustan y se dan el beso de película, la obra continúa y vemos la convivencia, y surgen los primeros problemas. Aun así, no se mete en tragedia en ningún momento.

-¿Esta forma de abordar la comedia romántica desde otro prisma también está vinculada a la edad de los personajes?

-Sí, aunque el tono cómico no se da por esta razón, sino por el concepto de perdedores. Evidentemente, cuando ya has tenido un recorrido de vida, un fracaso emocional no significa lo mismo que cuando tienes veinte años. Las personas tienen otra perspectiva con respecto a los fracasos acumulados con el tiempo.

-Los personajes están en una lucha constante por ser felices. ¿Qué hace feliz a María Pujalte?

-Ir a A Coruña a actuar, porque va a haber muchos amigos, va a haber familia, volveré a actuar en el Colón, donde empecé con ocho añitos a estudiar ballet clásico, en ese mismo edificio. Aunque a uno le parezca que no, hay mucha emoción y, la última vez que estuve me emocioné mucho y creo que en esta ocasión volverá a ocurrir lo mismo.

-¿Cómo recuerda sus comienzos interpretativos en los escenarios de Galicia?

-Forma parte de mi vida y mi empeño, era un momento de mucha búsqueda y pasión e ilusión por cada cosa nueva que hacías. La generación que yo viví, lo hacíamos todo con muchas ganas, tirándonos mucho sin red a cualquier cosa.

-Se formó en teatro a través de diferentes cursos a nivel español e internacional.

-En aquel momento no había escuela en Galicia, así que me busqué la vida provocado por mi curiosidad. Todo lo que podía hacer lo hacía. Uno encuentra otros caminos, todo ayuda: la formación de danza, la formación de voz, la experiencia desde muy joven de subirme a los escenarios con compañías de teatro aficionado...

-¿Echó de menos el tener un centro de formación teatral oficial cerca o el haber hecho diferentes cursos ha sido más enriquecedor en su carrera?

-Yo creo que no hay un camino, yo tenía mucha ilusión por estudiar en la Escuela de Arte Dramático en Madrid, me presenté dos años, me suspendieron y volví a Galicia, y mi camino fue por otros derroteros, fui haciendo el camino al andar, como decía Machado. Es estupendo que ahora haya una escuela oficial en Vigo, pero tampoco es una condición indispensable para que uno pueda ser actor.

-¿Qué tiene que tener un proyecto para seducirle?

-Cuando no tienes nada, hay que trabajar. La realidad para la mayoría de los actores es que no estamos tirando guiones por la ventana. Cuando tienes una buena racha y te ofrecen varias cosas a la vez, uno siempre intenta elegir lo que más le guste siempre que sea realizable. La verdad es que tiene que ver con muchos factores: el momento en que te encuentres, que te guste, que pueda ser factible, que te ilusione....

-Uno de sus últimos proyectos es la película La noche que mi madre mató a mi padre, que consiguió el premio del público en el festival de Málaga. ¿Qué ingredientes tiene para enganchar tanto a los espectadores?

-Es un vodevil, con misterio y suspense pero tremendamente divertida y loca. Creo que está muy bien escrita y, entre los actores que estamos, hicimos una trabajo de piña, estamos equilibrados dando comicidad a la historia. Cada día que pasa va más gente a verla, lo cual quiere decir que el boca a boca funciona, y hace mucha falta, porque esta peli tampoco tiene una gran campaña detrás de lanzamiento, se tardó mucho en sacarla adelante porque no se encontraba producción.

-Protagonizó Los misterios de Laura, una serie que se compró y se adaptó en Estados Unidos pero que se canceló en España. ¿Cree que en España falta apoyo por parte de los canales?

-Es importante que, si ellos tienen un producto y ponen su dinero en algo, que lo mimen, que le den el máximo apoyo posible. Luego, evidentemente el público va a decir si lo quieren o no. Los que trabajamos en esto, sabemos que lo más difícil de todo es la respuesta del público, en este caso sucedió al revés: el público dijo que sí desde el primer momento y no se le hizo mucho caso.

-¿Dispone de algún otro proyecto una vez finalice la gira con la obra Losers?

-Pues no, me iré al paro. En mi mente tengo muchos proyectos, pero fuera de mi mente no, y no basta con desearlos.