El Concello dedicará 7.410 euros a la conexión de la estación de bombeo de aguas residuales instalada en el túnel de O Parrote al sistema de telegestión municipal de la red de saneamiento, que permite controlar a distancia todas las conducciones para intervenir de forma inmediata ante cualquier incidencia. La integración del alcantarillado del túnel en ese sistema evitará cerrar el vial al tráfico en caso de que ocurra un fallo en el equipo de bombeo que derivase en una inundación, ya que ante cualquier avería se transmitirá una señal de alerta al Servicio de Medio Ambiente y a los empleados de la empresa que se encarga del mantenimiento de esta infraestructura.

El Gobierno local sacó ayer a licitación esta actuación, que una vez adjudicada deberá ser efectuada en el plazo de un mes mediante el suministro de los equipos necesarios, su instalación y su puesta a punto. En la licitación, el Ayuntamiento reconoce que la carencia de un control remoto de la red hace "inexistente" la posibilidad de dar una "respuesta inmediata" en caso de incidencia. "Esto quiere decir que, ante un fallo imprevisto del bombeo, quedaría bloqueado al tráfico el vial subterráneo de O Parrote", remarca. En la actualidad, la empresa de mantenimiento debe acudir a diario al túnel para comprobar su estado.

El túnel de La Marina fue abierto al tráfico en mayo del año pasado, pero el de O Parrote no pudo ser inaugurado al mismo tiempo debido a los problemas surgidos en la conexión entre ambas cavidades. El Gobierno local denunció la aparición de filtraciones de agua de mar que la Autoridad Portuaria justificó por la complejidad de la obra, ya que el túnel se construyó a menos de dos metros de distancia del mar en algunos puntos, lo que, según este organismo, hace "imposible" el aislamiento total del vial. Este problema trató de ser solventado mediante la instalación de un sistema de achique y bombeo de agua que se canaliza al mar. Este equipo complementa al que ya existía en los túneles de la Marina y María Pita.

El Ejecutivo municipal expresó su temor a que unas lluvias intensas inundaran el túnel por fallos en el bombeo y que fuera necesario cerrarlo. El Puerto negó esta posibilidad, puso como prueba los fuertes chubascos este invierno y aseguró que los trabajos podían desarrollarse con el vial abierto al tráfico.