La subasta pública de las tres parcelas de Defensa en A Maestranza que se celebró el pasado 27 de abril quedó desierta. Nadie se interesó por estos terrenos, para los que el ministerio prevé una operación urbanística y en los que establece una edificabilidad de casi 30.000 metros cuadrados. Pero el Estado pretende volver a subastar los mismos solares en el caso de que confirme que no existen restos arqueológicos bajo la tierra, algo que el Gobierno municipal sí asegura que hay.

Esta decisión, comunicada por fuentes de Defensa a este periódico, retrasa por tanto el inicio de las negociaciones del Ayuntamiento con el ministerio sobre la devolución de las parcelas y la reversión de los mismos en la ciudad, a las que instó el Congreso de los Diputados una semana antes de la puja. La comisión de Defensa de la Cámara Baja aprobó además apremiar al Gobierno central a suspender aquella subasta, que finalmente se celebró sin ofertas.

El ministerio prevé ahora realizar una nueva puja pública siempre que se determine la inexistencia de restos de la ciudad amurallada, por lo que seguiría adelante con su propósito inicial en A Maestranza sin respetar el acuerdo al que llegaron en el Congreso los grupos del PP, PSOE, Ciudadanos y En Marea al votar a favor de una enmienda de los socialistas a una proposición no de ley de En Marea para solicitar al Estado la suspensión de la subasta.

Defensa deberá realizar unas prospecciones en la zona para descubrir si los terrenos, hasta comienzos de este año usados como área de aparcamiento para vecinos y trabajadores de la Ciudad Vieja y su entorno, ocultan restos arqueológicos. De momento no ha informado sobre cuándo llevará a cabo las pruebas.

El Concello alega que los técnicos municipales decidieron en 2002 que los vestigios de la muralla hallados en la zona de A Maestranza un año antes deberían permanecer enterrados en lugar de ser expuestos a la superficie. El área municipal de Rexeneración Urbana resalta además que las distintas administraciones son conocedoras de la "existencia potencial" de restos en este lugar.

Defensa duda de que haya vestigios arqueológicos en la zona. Si cuando haga las prospecciones no los detecta, tiene la intención de publicar una nueva subasta en el Boletín Oficial del Estado, como admite a este diario; si los encuentra, exigirá una indemnización al Concello alegando pérdida de edificabilidad en las tres parcelas, que ocupan 5.316 metros cuadrados. El Gobierno local ya hizo saber al ministerio en marzo que rechaza ese derecho a compensación porque insistió en que el Estado conocía la posibilidad de que aparecieran restos.

La nueva subasta que se fuese a celebrar solo si se confirma la inexistencia de vestigios debería fijar el precio de las tres parcelas, que en abril tenían un valor de partida conjunto de 24,8 millones de euros. Al no haber concitado interés a ese precio inicial no causaría sorpresa que Defensa lo rebajase con el fin de captar más la atención de posibles pujantes.

El valor económico de los solares sí quedaría reducido si finalmente fuesen enajenados por el procedimiento de adjudicación directa: los pliegos de la subasta de abril establecían que el precio sería de 20 millones de euros, el correspondiente a la tercera fase de la puja inicial. Si Defensa no convoca una segunda subasta, el plazo para comprar las fincas de manera directa será de un año.

La Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas permite la posibilidad de reclamar la adjudicación directa de aquellos bienes cuya puja resulta desierta o fallida, como reflejaba también el pliego técnico de condiciones de la subasta de los solares de A Maestranza. Cuando esta puja finalizó sin ofertantes el pasado día 27 los terrenos no aparecieron al día siguiente -ni hasta la fecha- en el apartado de "venta directa" de la página web del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied); en cambio, sí se incluyó en esa sección un solar de Melilla propiedad del Estado que también el día anterior había sido subastado y que, como con las tres fincas de A Coruña, no suscitó ninguna oferta.

El alcalde, Xulio Ferreiro, avanzó un día después de la subasta que el Concello entablaría un nuevo diálogo con Defensa para exponerle su intención de solicitar la recuperación de los terrenos para darles uso público, objetivo que también defiende la Comisión Abierta en Defensa do Común, que simbólicamente pujó por ellos con un euro.