Oza. As Xubias. A Pasaxe. Los límites de estos tres enclaves de la fachada marítima de la ría de A Coruña están marcados en rojo en el mapa de estrategias urbanísticas del Gobierno local. Mobilidade Sostible, Medio Ambiente y Rexeneración Urbana hablan de la reordenación del entorno que crean estas zonas mediante infraestructuras y servicios. El alcalde, Xulio Ferreiro, aludía días atrás a estos espacios al repasar su primer año de mandato y anunciar ansiadas actuaciones. Las previsiones, sin plazos rígidos, apuestan por medidas de movilidad, accesibilidad y dinamización social. Una base náutica, un carril bici, una reforzada línea ferroviaria de cercanías y el desmantelamiento de un poblado de chabolas, el de A Pasaxe, constituyen las principales actuaciones deseadas por el Gobierno de Marea.

Otros partidos miraron hacia la franja Oza-As Xubias-A Pasaxe durante sus gobiernos para emprender algunas obras, generalmente insuficientes: creación de espacios de recreo en la playa de Oza, una rotonda pensada para que el bus urbano cambiase de sentido en As Xubias de Arriba pero a la que los buses nunca llegaron, un pequeño paseo marítimo en As Xubias de Abaixo. Así lo creen sobre todo vecinos nacidos en este núcleo de tradición pesquera y todavía residentes, un área singular y compleja desde el punto de vista topográfico.

No es un entorno de sencilla explotación el que dibuja esta franja del litoral coruñés, ya que para trabajos relacionados con proyectos marítimos, reformas viarias o ferroviarias y actuaciones urbanísticas las autorizaciones para obrar no solo dependen del Ayuntamiento, sino de Demarcación de Costas, el Ministerio de Fomento, Puertos del Estado y Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).

Quienes viven o trabajan en estas zonas aisladas de núcleos urbanos y escasas de servicios, con mayoría de población mayor, reclaman ayudas para rehabilitación o pequeños arreglos, un carril bici especialmente que atraviese As Xubias y conecte la ciudad con la comarca, "nada desmedido", "mejoras de sentido común". Se trata de tratar el entorno sin brusquedades que dañen su particular encanto.

EDinamización en Oza. El arreglo urbanístico que plantea el Gobierno local para la franja costera entre la dársena de Oza y el puente de A Pasaxe empieza a continuación de la playa de Oza, donde el Concello proyecta la ampliación del borde marítimo con la creación de una base náutica para actividades deportivas y lúdicas. El área de Culturas ya ha solicitado a Costas la cesión de este terreno por cuatro años. El espacio, una explanada, tiene poco uso ahora: lo ocupa una nave de la Sociedad Deportiva As Xubias y una estación náutica de recreo junto a un dique; hace años se quedó en la maqueta la construcción de un edificio de viviendas; y hasta 2005 tenía sus instalaciones Astilleros Valiña, que se desplazó después a la dársena pesquera próxima.

El Concello, que satisface así una antigua demanda vecinal, hereda planes ya meditados por otros Gobiernos municipales, pero no pretende emprender obras complejas, sino facilitar accesos, abrir la playa de Oza, darle visibilidad a esa zona y otorgarle uso ciudadano. Costas tiene la última palabra.

EBicis y peatones en As Xubias. Una farmacia y una tasca, la popular A Toquera, son los únicos servicios que ofrece el área que abarcan As Xubias de Arriba y de Abaixo, donde está el tanatorio Servisa y la facultad de Ciencias de la Salud. La estrechez de la carretera que une los dos niveles y llega hasta el Hospital Materno Infantil y las dificultades de movilidad para los vecinos en distintos puntos de la ladera que cae desde la avenida de A Pasaxe hasta la ría parecen exigir acciones que promuevan comodidades. El Gobierno del PP adecentó un mirador con barandilla en el pueblo en el mandato de Carlos Negreira, frente a las vías del ferrocarril que enlaza la comarca, y el Ejecutivo de Marea difunde desde septiembre que pretende crear un carril para bicicletas y darle prolongación a un paseo peatonal, sin olvidar el desarrollo del tren de cercanías.

Estos planes requerirán de la voluntad de otras administraciones para proyectar infraestructuras, de su sintonía con el Concello y de la capacidad para afrontar las dificultades topográficas. Lo saben los vecinos, que aplauden las iniciativas municipales pero piden a los concejales que se dejen ver por el barrio y comprueben cómo viven.

EDesmantelamiento en A Pasaxe. Un punto complejo, con precarias condiciones de habitabilidad sobre tierra y barro, en "situación de emergencia humanitaria" y con un plan municipal para la erradicación del chabolismo al que parece coger las riendas el Concello con la participación del colectivo Arquitectura Sen Fronteiras. Desde hace más de tres décadas malviven a orillas de la ría coruñesa familias con menores, la mayoría de etnia gitana, en barracones, chabolas y otras infraviviendas. El espacio está al borde de las ruinas de Jabones La Toja y protegido por las instalaciones de la Congeladora Coruñesa a la sombra del puente de A Pasaxe.

El Ayuntamiento prevé este mismo año, con su proyecto de eliminación de las chabolas a través de la Empresa Municipal de Vivienda, dar una solución individualizada a cada familia que se acoja voluntariamente al plan: una vivienda normalizada de alquiler, respaldo económico, acceso a la educación o a un trabajo. Mientras el asentamiento no sea desalojado por el Concello, según le ordena una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la antigua fábrica de La Toja no podrá ser demolida por el propietario de los terrenos.

Si algún día se consigue borrar del mapa esta concentración de chabolas de A Pasaxe y el esqueleto industrial, estará más próxima la deseada transformación del margen izquierdo de la ría que tanto seduce a las instituciones y en distinta medida reclaman los vecinos.

"El entorno es envidiable, de gran riqueza natural, y debería reformarse poco. Pero sí debe tener más servicios y transporte, el poblado ha de erradicarse y, por supuesto, hay que limpiar de una vez la ría", resume el portavoz de la Asociación de Mariscadores de a Pie, Manuel Baldomir.