El plan del Gobierno local para eliminar todos los puntos de vertido de aguas fecales existentes en el municipio tendrá en el campus de Elviña una de sus próximas actuaciones, ya que en este lugar se invertirán 58.500 euros para conectar el alcantarillado existente a la red general de saneamiento, puesto que en la actualidad las aguas confluyen en dos pozos negros que son vaciados de forma periódica.

Esta situación supone un problema ambiental por el desbordamiento de estas fosas en algunas ocasiones, lo que genera vertidos a un arroyo de la zona que es afluente del río de Monelos. El problema se remonta a finales de los años ochenta, cuando la Universidad establece uno de sus campus en Elviña e instala allí sus primeros edificios. La inexistencia de alcantarillado en la zona llevó a la construcción de los pozos negros para recoger las aguas fecales, pero el progresivo crecimiento del campus hizo que con el paso del tiempo estos depósitos fuesen insuficientes para recogerlas.

El proyecto municipal, que se encuentra en la actualidad en fase de licitación, consiste en la construcción de un colector desde la zona inferior del comedor universitario para conectar el alcantarillado del campus, perteneciente a la Universidad, con el del resto de la ciudad. El punto de enlace será la canalización de saneamiento que discurre por la avenida García Sabell, la vía que comunica el polígono de Pocomaco con Alfonso Molina.

La dificultad que entraña este proyecto es la necesidad de atravesar la vía del ferrocarril a su paso por este punto, elevada sobre un talud que salva la vaguada existente en Elviña. A este problema se suma la presencia de tres líneas eléctrica subterráneas en la zona, así como un colector de aguas pluviales, que se localizan en la explanada dedicada a aparcamiento del comedor universitario.

Una vez que esté construido el nuevo colector, que contará con pozos al menos cada 50 metros para garantizar su limpieza, las fosas sépticas serán vaciadas y limpiadas para evitar posibles vertidos al arroyo. La obra deberá además evitar la entrada en los terrenos que son propiedad del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para lo que los pozos proyectados en la nueva conducción de saneamiento deberán estar a una distancia mínima de 8 metros del talud sobre el que discurre la vía férrea.