El Dillo ti consiste, en esencia, en encuentros del Gobierno local con vecinos de diferentes barrios para que le formulen preguntas, quejas, reclamaciones o sugerencias. La experiencia de las cuatro reuniones celebradas hasta ahora resume el formato en intervenciones vecinales libres, más o menos críticas, y respuestas políticas que conllevan, sin duda, o balance de lo hecho o promesa de lo que se va a hacer. El Dillo ti, por si solo, consiste en que el Gobierno local se ofrece a rendir cuentas en vivo ante los ciudadanos. Pero el Dillo ti no está aislado de su entorno político, ahora marcado por los comicios generales del 26 de junio y ceñido por tanto a una ley electoral que en 2011 sufrió una revisión para poner freno a desmanes como aquellas exposiciones que costaban 400.000 euros al Ayuntamiento y con las que Francisco Vázquez mostraba sus logros y proyectos de futuro en víspera de las citas de las municipales. La suspensión decretada por la Junta Electoral de Zona cumple con esa ley por cuanto el Dillo ti incluye, imprescindiblemente y aunque ese no sea su objetivo básico, "alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos" por el Concello al dar respuesta a las intervenciones de los vecinos. Pero no debe obviarse que la junta dictó su orden de suspensión escuchando solo al PP y sin dar opción previa al Ayuntamiento a explicarse. En ello influyó la estrategia política de los populares, que denunciaron el Dillo ti del Ágora a menos de 24 horas de su celebración, cuando sabían de su convocatoria desde hacía un mes, cuando lo había anunciado el Ayuntamiento.