A falta de que la Junta Electoral provincial se posicione ante el recurso que presentó el Concello por la anulación del Dillo ti, el alcalde, Xulio Ferreiro, se mantiene en su postura: "no es un acto electoral". "Los hubo desde principio de año, nunca estuvo vinculado al calendario electoral", indicó el regidor ayer tras la Junta de Gobierno. Ferreiro aseguró que el acto es "muy exigente" para los concejales del Gobierno local, que se enfrentan a las preguntas y reflexiones de los vecinos, que nunca han bajado del centenar en los cuatro encuentros realizados hasta ahora.

El regidor acusó al PP, quien presentó el viernes la denuncia ante la Junta Electoral, de "distorsionar la imagen" del Dillo ti e indicó que muchos de los vecinos que se acercaron al acto del sábado en el Ágora "no entendieron" la decisión de anularlo. El Gobierno municipal recurrió esta anulación pero, por el momento, la Junta Electoral no se ha posicionado.

El órgano electoral declaró la suspensión del Dillo ti al entender que "entra de lleno en el ámbito de la prohibición" establecida en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General. El dictamen fue emitido después de que los populares presentasen una denuncia a las 17.55 horas del viernes, menos de 24 horas antes de la celebración del encuentro con los vecinos.

La concejal del BNG, Avia Veira, también se refirió ayer a la anulación del Dillo ti. A su juicio, la actual situación es consecuencia de que el programa participativo no tiene "resguardo normativo del Concello" y se encuentra en una "situación jurídica incierta". "Si estuviera dentro de un reglamento orgánico de participación ciudadana no hubiera sufrido esta calificación", comentó Veira.

La nacionalista sí confía en que "prospere" el recurso del Ayuntamiento contra la anulación, ya que la Marea Atlántica no presentará candidatura al 26-J, aunque apoya a En Marea.

El Bloque había lamentado que esta iniciativa no se hubiese diseñado con el consenso del resto de partidos. Su postura, sin embargo, fue tibia en comparación con el PP y el PSOE, que directamente reclamaron la suspensión temporal de los encuentros vecinales.