La carrera del Gobierno local hacia la eliminación de vertidos contaminantes en el municipio ha alcanzado casi un año de recorrido con la supresión de la mitad de los puntos de emisión localizados y los primeros pasos para la desaparición más o menos inmediata de otros cuatro. En el mapa con el que trabaja el área de Medio Ambiente ya se han borrado diez focos de vertido desde el verano pasado; quedan por eliminar otros diez.

La edil María García puso ayer interés en las próximas actuaciones municipales y en los vertidos a los que todavía hay que dar solución. El Gobierno local ha sacado a licitación las obras para cerrar tres nuevas fuentes de emisión no controladas a la red de fluviales de la ciudad y al mar. Se trata de dos puntos de vertido a través del río Monelos desde la zona del campus universitario de Elviña-San Vicente de Elviña y en el edificio administrativo del Xunta (Nuevos Ministerios) y una manzana de edificios que rodea la calle Brasil; el otro está en el barrio de Campanario, y el vertido deriva de una fosa séptica que se desborda continuamente.

Otro foco contaminante será más complicado de suprimir, admite la concejal de Medio Ambiente. Se localiza en la zona de Rego dos Xudeos, con vertido entre el muelle pesquero y el de Calvo Sotelo, y antes de programar cualquier obra se ha optado por licitar un estudio de actuación dirigido a investigar qué proceso de solución conviene seguir.

Más complejo de abordar será el doble punto de vertido localizado en A Pasaxe, tanto en la zona industrial al borde de la ría coruñesa como en el poblado de chabolas. Ahí García es prudente, no se atreve a hablar de plazos, ya que la futura actuación dependerá de entidades superiores o de proyectos pendientes, como la puesta en marcha del plan municipal para la erradicación de los asentamientos precarios, en el que el caso de A Pasaxe es especialmente alarmante, o la demolición de las ruinas de la antigua fábrica de Jabones La Toja que ordena desde el año pasado una sentencia firme del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Los otros cuatro puntos contaminantes que faltan por solucionar no son de competencia exclusiva municipal. Dos dependen de la Autoridad Portuaria, a la que se le ha requerido ya acciones en los muelles de San Diego y Oza.

"Estamos en contacto permanente con el Puerto, que nos dijo que en breve solucionará las deficiencias que se presentan en bombeos, de forma que desde el Concello podamos requerir soluciones inmediatas a propietarios de zonas con vertidos incontrolados. Dependemos por tanto de la Autoridade Portuaria para poder hacer nuestra parte", dijo María García.

Otras dos fuentes contaminantes son de responsabilidad privada y se encuentran en el lugar de Mesoiro y en la calle José María Hernansáez, en O Castrillón. Se han hecho ya los requerimientos y la previsión del Concello es solventar ambos problemas este año. "En estos casos no tenemos que realizar las obras, pero sí avisamos a las comunidades vecinales o a los organismos competentes", explicó la edil.

La mitad de la iniciativa denominada vertido cero ya se ha completado: eliminar diez de los veinte focos que Medio Ambiente ubicó el pasado verano en la mapa municipal. Esas actuaciones se llevaron a cabo en la plaza de María Pita, en O Parrote y en el bombeo del túnel de O Parrote; en las torres San Diego y las calles Nicomedes Pastor Díaz y Piñeiro Posse y el bombeo del Fórum Metropolitano en la zona del parque Europa; en la calle Fonte; As Xubias; Palavea Vella; Camiño de Conxes; y calle Canteira de Eirís.

"Prestarle atención al saneamiento de aguas residuales es un tema importantísimo. No solo tiene que ver con la salud pública y el medio ambiente. Hacemos un trabajo constante y continuo que tiene como objeto que en 2018 consigamos el vertido cero", finalizó García. El Ayuntamiento informó el año pasado de que preveía suprimir en 2016 el 75% de las fuentes de vertido localizadas, una empresa para la que invierte tres millones de euros.