"El examen de Lengua fue fácil, pero muy largo. No daba tiempo a contestar bien a todo. Hacían falta, por lo menos, 15 minutos más. Había dos opciones para hacer el tema, una sobre los refugiados y otra sobre la sobreprotección de los padres, casi todos hicimos la segunda. Algunas estábamos nerviosísimas y, otras, menos. Una vez que entras y empiezas a hacer el examen se te pasan los nervios".