"La idea me surgió hace dos años al venir al instituto escuchando que éramos campeones del mundo de la pobreza, lo que me dejó apesadumbrado", explica Juan Carlos Freire, profesor del instituto Agra do Orzán, sobre el origen de la exposición fotográfica inaugurada ayer en el centro, en la que se exhibe un centenar de retratos fotográficos de alumnos de entre doce y catorce años realizados por Luis Lago bajo el título Sonrisas para tiempos difíciles.

Tras aquella reflexión Freire tuvo una guardia en el instituto en la que se encargó de vigilar a los estudiantes durante el recreo y vio cómo sonreían pese a que tenían muchísimas dificultades en sus casas, como después pudo saber. Este curso, además de su asignatura de Filosofía, el docente ha debido dar la de Valores Éticos precisamente a niños de la edad de con los que había tenido aquel pensamiento hace dos años, lo que le llevó a retomar la idea.

"La crisis les está afectando mucho más que a los adultos, pero cuando están en el patio se olvidan de todo y sonríen", asegura Freire, para quien la sonrisa de estos niños "es mucho más espontánea que la de uno de quince años, que ya asume más las dificultades", mientras que estos "aún son ajenos al sufrimiento".

El impulsor de esta iniciativa destaca que muchos de los alumnos son inmigrantes, ya que en el centro los hay de 19 nacionalidades, lo que incrementa sus problemas, pero que al hacerles fotografías en las que aparecen sonriendo su objetivo era "transmitir optimismo". Y es que Freire trabaja habitualmente sobre la inteligencia emocional, la filosofía positiva y la motivación, por lo que se muestra convencido de que hay que difundir estos conceptos y de que la sonrisa "es como un gesto de esperanza".

Como crítico de arte, Freire conoce a varios fotógrafos, con uno de los cuales contactó para plasmar su proyecto, aunque desistió al ver que él quería "niños como modelos", mientras que su objetivo es que fueran espontáneos y que tan solo sonrieran. Por eso decidió recurrir a Luis Gago, quien estaba trabajando en la India, Japón y Nepal pero que decidió pasar este año aquí, por lo que le propuso este trabajo.

Se tomaron unas quinientas fotos con fondos distintos de las que finalmente se seleccionaron cien y para ello se instaló un pequeño estudio en un aula. "Para evitar que tuvieran vergüenza les decía que pasaran de cinco en cinco", explica el profesor, quien estima que Gago "consiguió fotos extraordinarias porque son muy difíciles de lograr". A las imágenes se añadió la elaboración de un vídeo sobre el proyecto que también fue presentado ayer.

Los responsables del centro municipal Ágora expresaron a Freire su interés por la exposición y le propusieron que se instale allí en octubre, aunque en esta ocasión se hará con un tratamiento más profundo, en el que también se aborden el aspecto social e incluso el político de las dificultades de los escolares en estos tiempos.