-¿Es cierto que la serie de televisión Los vigilantes de la playa contribuyó al progreso del socorrismo?

-Sí, inicialmente contribuyó a que se viera que los socorristas son profesionales y además muy respetados, porque en Estados Unidos son casi como agentes del orden, aunque nos hizo daño con la aparición de la famosa boya torpedo, que es un material asquerosamente malo porque es duro. En la Universidad de A Coruña hemos diseñado materiales mucho más eficaces y seguros que esa boya. Otra cosa negativa fue que solo hacían una reanimación durante quince segundos, cuando nosotros no paramos hasta que llega la ambulancia. Además, todos los socorristas eran altos y guapos, lo que llevó a que algunos ayuntamientos exigieran una buena presencia física para ser socorrista.