"Cogimos una L de casualidad", explica una de las amigas de las cumpleañeras Clara y Bea. Bajaron a coger sitio al Orzán a las diez de la mañana y ya casi estaba todo acotado. Finalmente, consiguieron un poco de espacio en el que pudieron plantar su jaima, con sus globos y su letrero. "Venimos todos los años a celebrar nuestros cumpleaños", dicen.