-¿Cómo ha evolucionado la enseñanza?

-Evolucionó como ha evolucionado el país. No se parece en nada. Se ha incorporado todo el tema de nuevas tecnologías, informática, y los profesores están continuamente formándose, sobre todo en formación profesional.

-¿Qué diferencias percibe entre los alumnos de antes y los de ahora?

-Hay que darse cuenta de que hoy el alumnado de educación secundaria es muchas veces difícil de manejar en el aula. Antes los alumnos éramos muy pacíficos. Empezamos las primeras manifestaciones porque teníamos clase los sábados por la mañana. Muchos de ellos hoy están desmotivados. Yo creo que estamos obligando a estudiar, algo lógico, pero los alumnos que tienen dificultades, que no le gustan los estudios, como quieren tener su protagonismo, se dedican a incordiar en la clase y eso distorsiona mucho la enseñanza.

-¿Por qué salidas pueden optar esos alumnos?

-Se han hecho diferentes iniciativas, en este centro tenemos especial sensibilidad hacia los alumnos que tienen dificultades en el aprendizaje, pero la respuesta para mí sigue siendo inadecuada. Es cierto que la filosofía de la reforma está bien, pretende recuperar a esos alumnos para la enseñanza reglada, pero el problema son aquellos que se nos quedan por el camino, que son la mayoría. Habría que aplicar otro tipo de medidas, se me ocurren los programas que se utilizaban cuando empecé a trabajar. Eran copiados de Francia. En seis meses conseguíamos que alumnos con formación académica nula fuesen oficiales de tercera. De lo que se trata es que de que sean útiles y puedan conseguir un trabajo. A todos nos gustaría que llegasen todos a la Universidad, pero eso es una utopía. No tenemos una respuesta adecuada para estos alumnos que se nos caen en la formación básica.

-¿Hay presiones para que estudien?

-Eso es cierto, pero hoy tal y como está el mundo laboral, los peones que antiguamente existían no tienen cabida en las empresas, tienen que ser gente como mínimo semicualificada y eso obliga a formar a todo el alumnado, pero yo creo que tenemos que basarnos en una formación mucho más práctica y menos academicista para ese tipo de alumnos.

-¿Cuáles son los perfiles más demandados por las empresas?

-Me baso en los perfiles de las cinco familias profesionales que tenemos en el centro: fabricación mecánica, automoción, imagen personal, edificación y obra civil y madera. Nuestros alumnos como eran todas especialidades industriales se colocaban bien antes de la crisis y esperemos que se vuelvan a colocar bien.

-¿Qué proyectos destacaría de toda su trayectoria?

-Estoy muy orgulloso del profesorado y del centro. Quizá el proyecto que más satisfacción me ha producido ha sido el de la integración de niños sordos en la formación profesional.

-¿Qué opina de las reformas educativas?

-A mí me gustan, todo el mundo está en contra, pero yo creo que son necesarias. Hay que adaptar la realidad del país a la formación. Estamos continuamente en reforma, sobre todo los de formación profesional. Yo creo que sobre el papel todas son muy bienintencionadas, a veces luego fracasan y no sabemos muy bien por qué. Creo que muchos de los sistemas han fallado por falta de esfuerzo del alumno. Les ponemos demasiados medios a su alcance y demasiados recursos, ya no digo en el centro, que hay que ponerlos, si no en la sociedad en general, y, a veces, falta el esfuerzo.

-¿En qué lugar está la formación profesional en Galicia respecto al resto de España?

-En Galicia vamos a la cabeza de España en cuanto a innovaciones educativas. Nos están copiando otras comunidades. Tenemos una red de 19 centros integrados magnífica, donde tenemos certificados de calidad como si fuésemos multiempresa, todos con el mismo protocolo. Damos una oferta de formación profesional muy importante. Hacemos todo lo que es acreditación de competencias. Se trata de reconocer las competencias adquiridas en la vida laboral de los trabajadores.

-¿Qué carencias tiene el actual sistema?

-Es complicado porque si hablamos de recursos nunca tantos recursos hemos tenido. Realmente hoy en la enseñanza hay muchísimos centros y tenemos muchos recursos a disposición del alumnado. Si hablamos del profesorado, yo creo que es un profesorado competente y motivado. Y si hablamos del alumnado, hay alumnado muy bueno, a otro que le falta motivación y otro que igual no puede. Carencias no veo demasiadas. Desde que yo empecé a hoy siempre fue exponencial. Falta motivación e ilusión por hacer las cosas.

-¿A qué atribuye esa falta de motivación?

-Estamos en una sociedad donde los alumnos no notaron aquellas dificultades que teníamos en la época en la que yo estudiaba. De aquella no teníamos nada. Había que formarse y estudiar para poder trabajar. Hoy vemos que muchos alumnos llegan al centro con buenos coches. Yo cuando estudié soñaba con tener una bicicleta. Si no hay esa necesidad de trabajar para conseguir recursos porque esos recursos te vienen dados por tu familia, pues eso nos relaja a todos. Muchos de ellos tampoco ven una salida laboral fácil y les falta esa motivación para estudiar.

-¿Cómo ve el futuro?

-Bien, si tenemos en cuenta que el mundo evoluciona. Es cierto que en algunos momentos hay crisis, la vida nunca es exponencial, subir, subir, hay curvas, hay planos, hay estancamientos. En este momento estamos estancados, pero vamos a recuperarnos pronto.

-¿Hacia dónde tiene que ir el sistema educativo en formación profesional?

-Tenemos que incrementar las nuevas tecnologías. Eso es una realidad. Posiblemente dentro de diez años esto cambie mucho respecto a hoy. Es cierto que siempre existirá el manitas, pero ahora las máquinas tratan de sustituirnos con una precisión mucho más potente que un buen trabajador y por ahí viene el futuro de la sociedad. Eso puede asustar un poco porque parece que quita la mano de obra, pero aparece otra mano de obra. Alguien fabricará esas máquinas.

-¿Qué consejos les daría a los alumnos?

-Que se formen. No conozco ninguna forma de prosperar en la vida y de alcanzar el éxito si no es con trabajo, trabajo y trabajo. Lo único que hay que hacer es formarse y hoy tienes muchísimas posibilidades de trabajar. Si no es en España es fuera de España porque distancias no hay. Lo mejor es que trabajasen todos en España, pero si no, te vas a cualquier otro país. Antes venir desde Madrid a Galicia era un mundo. Hoy venir desde Estados Unidos son unas horas. Nosotros aquí tenemos proyectos internacionales, becas, y esas posibilidades no las había cuando yo estudiaba. En algunas ocasiones, me da pena decirlo, sobran becas y nos faltan alumnos. A los alumnos les cuesta mucho salir, pero hay que abrirse al mundo, hay que salir.