El joven que sobre las 23.20 horas del 29 de septiembre de 2015 intentó matar a un excompañero de clase con el que se cruzó en un bar de Santa Cristina aceptó ayer ser condenado a tres años de cárcel. La Fiscalía reclamaba que el sospechoso, que está en prisión provisional desde que sucedieron los hechos, fuese sentenciado a siete años de cárcel, pero finalmente llegó a un acuerdo ayer, justo antes de que comenzase el juicio, con la defensa. Así, la acusación tuvo en cuenta, además de la atenuante de enajenación mental, que ya consideraba en su escrito de calificación, la de reparación del daño, ya que el procesado hizo efectiva una indemnización de 11.817 euros a la víctima por las lesiones que le causó.

El imputado reconoció ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial que atacó al perjudicado, con el que había compartido colegio hacía 14 años, porque pensó que lo había mirado mal cuando se lo encontró en un local. Entonces, decidió subir a su vivienda, situada en las inmediaciones, coger un cuchillo y regresar al bar. El condenado admitió que se dirigió a la víctima con las manos en la espalda portando el arma blanca y le espetó: "¿Qué haces tú fumando aquí?". El joven le respondió que le dejase en paz y se dio media vuelta para marcharse, momento en el que el imputado reaccionó clavándole el cuchillo en la espalda a la altura del pulmón. El afectado huyó a la carrera y consiguió refugiarse en un mesón, ya que su excompañero de clase lo perseguía con el cuchillo en la mano.

El herido fue trasladado al hospital, donde fue operado. En curar de las lesiones tardó 30 días y como secuelas le quedaron dos cicatrices. El sospechoso fue arrestado ese día e ingresó en prisión provisional tras prestar declaración ante la Guardia Civil y ante el Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña, que era el que ese día ejercía las funciones de guardia.

El procesado sufre un trastorno de personalidad mixto, en donde predominan "los rasgos paranoides, narcisistas e impulsivos", según indica el fiscal en su informe sobre los hechos, en el que admite que estos "rasgos" disminuyen "de forma moderada sus funciones psíquicas superiores". El Ministerio público, por tanto, tuvo en cuenta la atenuante de enajenación mental a la hora de solicitar la condena por cometer un delito de intento de homicidio. A esta atenuante sumó ayer la de reparación del daño, lo que provocó que alcanzase un acuerdo con la defensa y el sospechoso aceptase la condena de tres años de prisión. El tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial dictó sentencia oral en la sala. Contra el fallo no cabe recurso, ya que fue dictado bajo la conformidad de todas las partes implicadas en el proceso.