La Policía Local recibió en su oficina municipal de objetos perdidos de A Coruña más de 40 objetos solo durante las fiestas de San Juan, desde llaves, carteras o bolsos hasta otros elementos más llamativos como un libro de Moliére, una bicicleta de montaña infantil, una guía médica Aegon o dos tomos de Enciclopedia del Mundo.

Existen tres vías por las que llegan a la oficina, como explica su responsable. En primer lugar, un miembro de la Policía Local hace una ruta todos los martes, miércoles y jueves por lugares clave, como centros comerciales o la estación de ferrocarril, y acerca todos los objetos que se han recogido allí a la oficina. En verano lo más habitual es encontrar chaquetas o jerséis de punto, mientras que en invierno es más habitual que lleguen paraguas. La segunda vía de entrada son los coches patrulla, que se encargan de hacerles llegar los objetos perdidos que les entregan los ciudadanos, mientras que la última vía son los mismos ciudadanos que se acercan hasta la oficina a llevar sus hallazgos.

Una vez recibidos, se dividen en dos categorías: los documentados, aquellos que tienen un titular, y los no documentados. En el caso de los primeros, si son documentos en los que figure una dirección, como un DNI, se remiten directamente al domicilio del titular. En caso contrario, como las tarjetas Millennium, se envían al organismo emisor. Si el objeto fuera demasiado abultado para caber en un sobre, como una cartera, se enviaría una carta al titular para que pasara a recogerlo.

Al pasar por la oficina para recoger algún objeto, se seguirá un procedimiento diferente según de qué se trate. Si fuera documentación, resulta sencillo identificar si el individuo es el titular. Sin embargo, si se trata de un objeto no documentado pero tiene datos, como sería el caso de un teléfono móvil, será necesario probar la titularidad, bien desbloqueando el terminal o demostrando el conocimiento del PIN, bien facilitando la factura de compra. Si el objeto no contiene datos, habrá que describirlo con precisión y explicar dónde y cómo se perdió el objeto para poder recuperarlo.

En una ocasión, cuenta el responsable de la oficina, acudió un ciudadano a recoger unas gafas de sol. Al no poder llevárselas, envió unas horas más tarde a su mujer con una descripción precisa de las lentes. Sin embargo, la policía descubrió el fraude gracias a que la fecha en la que afirmaba haberlas perdido no coincidía con la fecha de recepción que figuraba en el registro, ya que las habían recibido antes de que las perdiera.

El responsable de la oficina municipal de objetos perdidos de A Coruña comenta que "la gente se sorprendería de la cantidad de carteras que llegan con dinero", a pesar de que no hay ninguna recompensa por la devolución de los objetos. Relata que, en ocasiones, han llegado carteras con cantidades importantes de dinero y sin documentación, en cuyo caso, si pasados dos años no ha sido posible devolverla al titular, son devueltas a quien las hubiera entregado.