El juicio contra los chabolistas acusados de retener y maltratar a indigentes ha continuado esta mañana en la Audiencia Provincial, con el testimonio de dos agentes de la Policía Local.

Ambos fueron requeridos para hacer un control sobre el robo de cartones en contenedores de reciclaje. "Identificamos al conductor, que era Joaquín", explicaron los agentes que, enseguida, vieron que algo desentonaba en la supuesta alianza de tres personas para forzar los depósitos de cartón.

"Nos extrañó porque no pegaba con ellos, los otros eran gitanos, él era rubio de ojos claros y era él el que hacía todo el trabajo", comentó uno de los agentes, sobre una de las víctimas. "Nos miró con una cara como cuando un perro está asustado, pidiendo auxilio", describió y fue entonces cuando ambos agentes decidieron hablar con él en solitario.

Entonces, según la declaración de los agentes, el hombre les explicó "que le pegaban todos los días", con un "cinturón" y también que no era "dueño de sus movimientos ni de su dinero desde que estaba con ellos". Incluso, según los policías, les mostró una brecha en la cabeza, en la que tenía tres grapas y "laceraciones" en la espalda y en las piernas.

El conductor del vehículo, identificado como Joaquín, aseguró a los agentes que estaba cuidando de su compañero porque tenía problemas mentales y negó que le tuviese retenido, alegando que se podría ir en el momento en el que quisiese.

La Policía Local activó el Servicio Municipal de Atención a Urgencias (SEMUS) y se le facilitó una habitación al denunciante, ya que aseguró que tenía "pánico" de ir al albergue por si lo iban "a buscar".