La entrada de técnicos municipales en el edificio número 3 de la calle Damas el pasado martes con la asistencia de agentes judiciales para comprobar su estado es solo el último paso dado por el Concello para intentar resolver el problema que supone el abandono en el que se halla. La adquisición de un elevado número de inmuebles del casco histórico durante el boom de la construcción hizo que a la llegada de la crisis gran parte de ellos quedaran sin atención por parte de sus propietarios, ya que muchas empresas se vieron inmersas en concursos de acreedores.

El deterioro sufrido por esas construcciones a lo largo de los años ha llevado al Concello a exigir a sus dueños que adopten las medidas de seguridad necesarias para evitar daños a los viandantes o a los edificios colindantes, pero la negativa reiterada a estas órdenes le obliga a los responsables municipales a imponer sanciones, que en el caso del número 3 de la calle Damas suman ya 13.800 euros.

La primera actuación se efectuó hace ahora dos años, en julio de 2014, cuando se abre un expediente para examinar las deficiencias del edificio al considerarse que se encuentra en situación ruinosa. Un andamio cubre la fachada desde hace años y desde el exterior es fácilmente visible que la construcción se encuentra en mal estado. El Concello ordenó al propietario, la empresa Edreira Barbeito, que tomase medidas de seguridad y le solicitó que permitiese realizar una inspección y, ante el incumplimiento de ese requerimiento, en noviembre le impuso una sanción de 1.500 euros.

La inmobiliaria tampoco acudió a las citas fijadas para llevar a cabo el examen del interior, por lo que el Concello solicitó autorización a un juzgado y finalmente pudo hacerla en diciembre de 2014. A la vista del estado del inmueble, se inició el trámite para la declaración de ruina del edificio y de nuevo se conminó al propietario a que garantizase la seguridad, pero, al no haberse adoptado las medidas necesarias, se le impusieron multas de forma sucesiva, la primera de las cuales fue en julio de 2015 por importe de 300 euros. En noviembre de ese mismo año la sanción fue de 2.000 euros y en marzo de este año llegó a 4.000 euros. La última multa se impuso el pasado 22 de abril y fue la más elevada hasta el momento, ya que llegó a 6.000 euros, por lo que Edreira Barbeito acumula ya 13.800 euros en sanciones.

El Concello volvió a citar a la empresa el pasado 1 de marzo para inspeccionar el inmueble, aunque también con resultado negativo, por lo que reclamó al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 que le autorizase a entrar, lo que finalmente pudo hacerse el martes. Técnicos municipales y agentes de la Policía Local acompañados por agentes judiciales penetraron en el inmueble y comprobaron su estado, por lo que con los datos obtenidos elaborarán un dictamen que se enviará al propietario para que presente alegaciones si lo considera conveniente.

La resolución establecerá el estado de ruina del edificio y obligará a la empresa a rehabilitarlo o a realizar las obras necesarias para mantenerlo en un estado seguro y adecentado. En caso de que el propietario se niegue a acatar estas órdenes, es previsible que le sean impuestas nuevas sanciones.