La recuperación de la zona ocupada hasta 2005 en la dársena de Oza por el antiguo astillero Valiña, donde el Concello proyecta una base náutica de ocio para la que ya ha obtenido la cesión del terreno por cuatro años, está pendiente de que Demarcación de Costas establezca la frontera que separa el ámbito marítimo del terrestre. El motivo por el que hay que esperar a que el organismo estatal determine esta línea de deslinde de la zona antes de comenzar su reconversión es el interés de una promotora inmobiliaria en edificar en la parcela del antiguo astillero, un proyecto previsto por otra constructora durante el Gobierno local de Francisco Vázquez sin que llegase a prosperar.

La empresa y el Ejecutivo municipal mantienen discrepancias respecto a la línea que separa los dominios marítimo y terrestre en esta parte de Oza, según fuentes del Ayuntamiento. La Demarcación de Costas, que dio permiso al Concello para la base náutica a finales de mayo, tendrá por tanto que marcar con claridad qué espacio ocupa cada ámbito para establecer las zonas para cada futura intervención.

La constructora Isoman planificaba a mediados de la década pasada una urbanización residencial en la parcela original de Astilleros Valiña en Oza con un bloque lineal de ocho plantas de altura, posteriormente rebajado a cuatro edificios escalonados de entre cinco y siete pisos después de una modificación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) promovida por el Ayuntamiento. Los inmuebles nunca se llegaron a construir y el terreno fue adquirido por una entidad financiera. Ahora el lugar, a la espera de que se convierta en la base náutica proyectada por el Gobierno local, solo está ocupado por una nave de la Sociedad Deportiva As Xubias y una estación náutica de recreo junto al dique que separa la zona del arenal de Oza.

Valiña cerró en 2005 el astillero que tenía en esa parte de la costa, junto a As Xubias, y a comienzos de 2008 solicitó la ocupación de los antiguos varaderos Cercagrande en otro punto de la dársena de Oza, que desde 1997 estaban abandonados, donde empezó una nueva etapa de su actividad.

Ahora hay un nuevo proyecto inmobiliario que diseña una empresa constructora en la misma zona del que ha elaborado ya un estudio de detalle, un instrumento previsto para ordenar la situación de los edificios en la parcela. Este plan coincide con las intenciones del Gobierno local de darle uso a un espacio en el que históricamente los vecinos de Oza, Gaiteira y Os Castros han reclamado nuevas actividades.

Los colectivos vecinales piden también que las nuevas instalaciones sean municipales y de gestión pública para que no caigan en manos de una entidad privada. El Concello afirmó que pretendía satisfacer una demanda de servicios deportivos tanto desde el punto de vista lúdico-recreativo como competitivo debido a la falta de este tipo de instalaciones en la ciudad.