La seguridad en los arenales de A Coruña y los concellos del litoral más próximos, entre las playas de Caión en A Laracha y Perbes en Miño, "es excelente". "Sin duda". Los entrecomillados corresponden a José Palacios, coordinador del Grupo de Investigación en Actividades Acuáticas y Socorrismo de la Universidad coruñesa. Con estas palabras, este profesional pretende no solo resaltar la calidad de los servicios de salvamento y socorrismo en las playas de la comarca, sino al mismo tiempo responder ante cualquier inquietud o alarma que puedan provocar en los usuarios de estos arenales la reducción de socorristas y las dificultades que tienen los ayuntamientos para disponer de estos trabajadores todos los días del verano, como ha ocurrido este mes en tres playas de Miño que acaban de perder la bandera azul por no contar con el número mínimo de vigilantes exigido.

Las 61 playas de diferentes extensiones que se suceden en las costas de A Laracha, Arteixo, A Coruña, Oleiros, Sada, Bergondo y Miño tienen este verano alrededor de 160 hombres y mujeres dedicados a tareas de salvamento y socorrismo, según han informado a este periódico fuentes de los siete concellos. Es aproximadamente la misma cantidad que el año pasado, apuntan. En cada municipio el servicio se reparte entre las principales playas, de manera que las más grandes, las que entrañan más peligro y las que atraen a más bañistas tienen más personal, mientras que prácticamente todas las calas que se suele tragar la marea cuando sube carecen de estos profesionales.

"Cuando la vida está en juego en un lugar como la playa no se puede escatimar en servicios de socorrismo", subraya José Palacios. La existencia de socorristas contratados con recursos y formación suficientes y la presencia de un mínimo de dos por arenal durante un mínimo de dos meses, los de julio y agosto completos, son de hecho requisitos que debe cumplir desde el 1 de julio una playa para que en ella pueda ondear el distintivo de bandera azul que otorga el organismo internacional Asociación De Educación Ambiental y del Consumido (Adeac). Hay más criterios exigidos, relacionados por ejemplo con la calidad del agua, que ha de ser calificada como excelente, la atención a personas con alguna discapacidad, limpieza o información y educación medioambiental.

A Coruña, con cinco arenales de importancia, tiene cuatro paños azules en Riazor, Orzán-Matadero, As Lapas y San Amaro. En estas playas, además de en Oza -para la que el Concello aspira a tener la mejor categoría en 2017-, ejercen trabajos de salvamento y socorrismo entre el 1 de junio y finales de septiembre 50 personas con titulación y conocimientos de primeros auxilios; cada día están disponibles también tres sanitarios entre estos cinco espacios. No hay vigilantes en calas como las de Bens, San Roque o Las Amorosas.

Los socorristas cuentan en la ciudad con Material de Rescate Polivalente Acuático (Marpa), un producto evolucionado de los antiguos tubos de rescate flexibles para uso profesional adaptables al cuerpo de la persona rescatada, aletas y embarcaciones.

El equipamiento de rescate se completa con elementos como férulas, mantas térmicas, salvavidas con cuerda, botiquín y equipos de oxigenoterapia; y las instalaciones para el servicio preparadas en las playas han de contar al menos con camillas, torre y sillas de vigilancia, carteles y algún vehículo medicalizado, como ocurre en las más frecuentadas por los bañistas en la comarca coruñesa. Rescates en el mar, insolaciones y quemaduras son las principales incidencias atendidas por los socorristas.

Los profesionales del socorrismo aconsejan desde hace poco el uso de las llamadas tablas hinchables Airsupra (Stand Up Paddle de Rescate Acuático), muy similares a las tablas de surf que no tienen todos los concellos en España y que los expertos animan a adquirir por su rapidez, eficacia y menor coste.

El equipamiento básico de salvamento y socorrismo lo emplean los demás profesionales en las playas de la comarca, con o sin bandera azul, según confirman las distintas fuentes municipales.

Al oeste de A Coruña, Arteixo es el concello costero metropolitano con más distinciones de excelencia: siete, en Combouzas, Valcovo, Barrañán, A Hucha, A Salsa, O Reiro y Alba-Sabón. Durante tres meses trabajan 45 socorristas en estos arenales y en otros sin bandera azul, salvo en calas o playas muy pequeñas como La Salsa o Porto Chas.

En el rincón costero de A Laracha, la playa grande de Caión, conocida también como Salseira de Caracoleiro, dispone de un equipo de vigilantes formado por cinco personas, una menos que el año pasado, durante dos meses y medio desde el 1 de julio. El arenal, con bandera azul, es el primero de la comarca que se acaba de unir a la Rede Galega de Praias sen Fume, que prohíbe fumar.

Hacia el este desde A Coruña Oleiros tiene 38 integrantes en la unidad de salvamento y socorrismo, entre patrones de embarcaciones, sanitarios y vigilantes. Trabajan tres meses con presencia destacada y actividad más intensa en Santa Cristina, Bastiagueiro, Mera, Espiñeiro y Naval, las cinco playas distinguidas con bandera azul. No están en calas como Atalaya, Portelo o Canabal.

Bergondo y Sada no presentaron candidaturas para ondear la enseña azul de calidad en sus servicios este verano. Su personal de salvamento suma 13 efectivos: nueve en Bergondo en julio y agosto repartidos en Gandarío y El Pedrido (no los hay en Regueiro ni Cabana) y cuatro en los arenales sadenses de Las Delicias, San Pedro, Cirro y Playa Nueva (ausentes el calas como Arnela o Morazón). En ambos concellos hubo renuncias de socorristas este año, que redujeron el número de profesionales con respecto a otros veranos u obligaron a los gobiernos locales a reclamar refuerzos.

Miño, donde hace dos años llegó a haber 15 socorristas y esperaba tener 13 este verano, empezó esta semana con tres para todas sus playas, sumó uno más el jueves y otros tres el viernes; dicen desde el Concello que la semana próxima habrá "novedades". El 1 de julio podía presumir de tres banderas azules en la playa grande de Miño, Perbes y A Ribeira pese a no tener profesionales; el día 8 logró contratar a tres, insuficientes para todos los arenales, por lo que Adeac le retiró las banderas de excelencia, que ya no podrán recuperar este año aunque aumente la plantilla.

Adeac lleva a cabo inspecciones anuales en las playas de todo el mundo, generalmente antes del comienzo del verano o ya en julio y con más rigor en zonas de gran afluencia turística; cuando los arenales no cumplen algunos requisitos de calidad importantes el número de revisiones es mayor.

Palacios, que también es vicepresidente primero de Adeac, se suma a las reclamaciones que desde el sector de salvamento se han planteado al Estado para que desarrolle "una normativa de mínimos" que regule el socorrismo en playas y piscinas. En Galicia la ley de costas asigna competencias sobre el servicio en arenales a los gobiernos municipales y un decreto de 2012 obliga a la formación mínima de socorristas y a su inscripción en un registro profesional.