La playa de Oza carece de bandera azul por tercer verano consecutivo tras ser retirada por el Jurado Internacional de Bandera Azul en 2014. Sus aguas no eran lo suficientemente buenas para seguir luciendo tal privilegio, y, a pesar de que el Concello prevé recuperar dicha bandera en 2017, los bañistas han protestado esta semana por el estado del agua.

Los análisis del estado del agua se llevan a cabo cada quince días, y los resultados expresan si esta es favorable o no para el baño. La Consellería de Sanidade no tiene constancia de ninguna incidencia, pero reconoce que el último análisis se realizó el pasado 4 de julio, lo que supera así los 15 días reglamentarios.

El pasado martes, algunos asiduos a la playa se quejaron de padecer sarpullidos tras bañarse en Oza, hecho que ayer no parecía preocupar a la gente. David Fernández, habitual en la playa, afirma que todos los años "se habla del estado del agua. A veces hay algún vertido pero el 90% del tiempo está limpia". Ángela Cutón, una veterana bañista en Oza, asegura que el estado del agua "depende de las mareas, que pueden traer suciedad si se produce mucho movimiento, pero si está calmada, suele estar aparentemente limpia".

En la tarde de ayer la playa estaba tranquila y no había ningún tipo de incidente, por lo que los vertidos por los que algunos bañistas protestaron podrían tratarse de casos ocasionales. "Hemos recibido quejas de picores en niños y adultos, pero no conocemos ningún caso de sarpullidos", sostiene David Pita, coordinador de Salvamento. "Estos picores se deben al estancamiento del agua, que puede llegar a contener residuos", mantiene Pita.