Una mujer aceptó ser condenada a medio año de cárcel por coaccionar su exnovio, con el que mantuvo una relación sin convivencia. El juez también le impuso a la acusada, que no ingresará en prisión, la prohibición de comunicarse y aproximarse a menos de 300 metros de su excompañero sentimental durante tres años. La procesada, que tenía 37 años, reconoció que no aceptó la ruptura, por lo que comenzó a perseguir a la víctima, a la que dejaba notas por debajo de la puerta de su domicilio, situado en El Ensanche.

El titular de Penal 1 relata en el apartado de hechos probados de la sentencia que la condenada tenía llaves del inmueble del afectado, quien desconfiaba "por las cosas que le comentaba" que pudiese entrar en él sin su consentimiento. "Se presentó frecuentemente en los lugares a los que acudía su exnovio, intentando que volviese con ella, acudiendo muchas veces a su domicilio, llamando al timbre insistentemente, dejándole notas por debajo de la puerta", señala el juez en el fallo, en el que añade que el 14 de abril de 2010 se presentó en su trabajo, situado en la zona del Paseo de los Puentes, se subió a una barandilla y amenazó con tirarse. En el lugar de los hechos se personó una ambulancia y una patrulla de la Policía Local. La mujer también llamó a amigos de su expareja, quien desconoce cómo consiguió sus teléfonos, ya que asegura que no se los facilitó él.

Dos meses después, el denunciante alertó a la policía porque escuchó ruidos dentro de su casa. El vecino de El Ensanche no entró en el inmueble por precaución y cuando telefoneaba a los agentes vio salir a su exnovia del portal. La mujer, según consta en la sentencia, se dirigió hacia él, por lo que le pidió explicaciones. El juez sostiene que la procesada estaba "ofuscada". Una hora más tarde, sobre las 18.45 horas, regresó a la vivienda de su excompañero sentimental y llamó "insistentemente" al timbre. Agentes de la Policía Local la sorprendieron cuando bajaba las escaleras del edificio. La mujer les manifestó que solo quería "hablar" con su exnovio, al tiempo que reconoció que tenía unas llaves del piso y que las había arrojado detrás de un arbusto. En un cacheo superficial los funcionarios del 092 se incautaron de unos guantes de látex, así como de una nota manuscrita dirigida a la víctima en la que le exigía que "cambiase las sábanas azules" si iba a estar "con una facilona". La Fiscalía reclamaba al magistrado de Penal 1 en su escrito de calificación que sentenciase a la procesada a dos años de prisión por cometer un delito de coacciones.