El Gobierno local y la empresa constructora Dragados mantienen bloqueada después de la última reunión celebrada esta semana la reforma de las cubiertas del estadio de Riazor. El Concello, que también celebró un encuentro con el Deportivo, confía en que a partir del lunes comience a haber novedades que fijen ya un calendario para el inicio de los trabajos en el estadio municipal.

En la reunión de esta semana, según señaló el pasado sábado el concejal de Culturas, José Manuel Sande, se debería haber decidido qué momento es el más adecuado para efectuar las obras, aunque ya está descartado que vayan a hacerse en los próximos días debido a la proximidad de la disputa del trofeo Teresa Herrera y, posteriormente, del inicio de la competición liguera.

El contrato de reforma fue adjudicado por el Concello en la primavera de 2015 y, sin embargo, los trabajos aún no arrancaron. ¿El motivo? Dragados considera, tras realizar una auditoría previa que finalizó en noviembre, que hay zonas en las que el proyecto va a ser más complejo de lo diseñado inicialmente y, por tanto, de mayor coste. El Concello, con dudas, abrió un expediente para aclarar estos "resultados dispares" sobre la viabilidad del plan inicial, con peritos independientes, antes de aceptar un presupuesto mayor o que genere problemas con la constructora. El estudio de Dragados concluye que el proyecto se adecua a la realidad en cuanto a la reparación de algunas gradas pero no a la de otras, donde la adjudicataria ve problemas para ejecutar el plan tal y como estaba diseñado y con el mismo presupuesto.

Ambas partes también deben estudiar cuál es la mejor fórmula para el desarrollo de los trabajos, puesto que en algunas zonas del estadio será necesario desalojar parte de las gradas, una cuestión sobre la que la directiva del Deportivo tendrá que pronunciarse. Si finalmente el club acepta que la reparación se realice durante la temporada, el proyecto podría comenzar en breve, pero en caso contrario habría que esperar al próximo verano para acometerlo.

El deterioro de las cubiertas de Riazor ha despertado críticas entre los aficionados que acuden al estadio y la propia Federación de Peñas, ya que los días de lluvia son numerosas las goteras que caen sobre las gradas. El Concello elaboró un proyecto para subsanar este problema, presupuestado en 2,5 millones de euros y convocó en 2013 un concurso para adjudicar las obras, que fue ganado por la constructora Dragados.

El presidente del Deportivo, Tino Fernández urgió la pasada semana a desbloquear esta situación y a arreglar "cuanto antes" la estructura de Tribuna y Preferencia para poder contar con unas cubiertas "a la altura del club".