Tras las tediosas negociaciones del presupuesto de 2016, que no se concretaron en un acuerdo con la oposición hasta mayo, dejando al Concello con las cuentas de 2015 prorrogadas durante medio año, el Gobierno de la Marea Atlántica busca curarse en salud y acelerar los tiempos para no repetir la misma experiencia en 2017. El Ejecutivo local prevé iniciar las negociaciones con el resto de formaciones del Consistorio a partir de octubre, cuando ya tendrían sobre la mesa un borrador, que se iría puliendo en las conversaciones con el resto de partidos.

Hasta entonces, es decir, durante los meses de agosto y septiembre, el Gobierno pretende que PP, PSOE y BNG les remitan "sus asuntos prioritarios", susceptibles de ser incluidos en este anteproyecto que posteriormente sería objeto de negociación. Paralelamente, el Ejecutivo mantiene el trabajo interno con sus Concejalías para elaborar un bosquejo de los ingresos y gastos que se prevén realizar el próximo año. El alcalde ya ha solicitado a todos los departamentos y a las entidades dependientes del Concello que aporten la documentación necesaria para mediados de agosto con el fin de iniciar la elaboración de un anteproyecto presupuestario.

"Nos reuniremos con todos los partidos, especialmente con PSOE y BNG", indicó, sin descartar negociaciones con el PP. "Tendremos conversaciones con todo el mundo, otra cosa son las ganas de construir de cada uno", afirmó Ferreiro. El objetivo del Gobierno es aprobar el presupuesto en noviembre, teniendo margen suficiente como para que el 1 de enero de 2017 las cuentas ya puedan entrar en vigor y no haya que recurrir a la prórroga presupuestaria, como ocurrió este año.

A falta de conocer para cuándo convocará el presidente de la Xunta, Alberte Núñez Feijóo, las elecciones autonómicas de otoño y de saber si habrá terceras elecciones generales, todo apunta a que el inicio de las conversaciones podría coincidir con alguno de estos procesos electorales. Desde el Gobierno y, también, desde los partidos de la oposición temen que la estrategia electoral de los partidos dificulte la creación de consensos sobre algo tan trascendental para la actividad del Gobierno local como el documento que determina en qué podrá gastarse o no el dinero del Concello.

Estos temores se asientan en la experiencia de las pasadas negociaciones, las primeras que tuvo que afrontar la Marea, que estuvieron condicionadas en diciembre por la campaña de las elecciones generales, la primera tras la irrupción meteórica de las mareas gallegas a nivel municipal, y el posterior periodo de conversaciones para la investidura. Desde el Gobierno local acusaban a la oposición de bloquear la acción del Concello para dañar a En Marea mientras que el resto de partidos apuntaba a un "victimismo" de Ferreiro para obtener réditos electorales.

PP y PSOE, consultados por este diario, no haber querido explicar su postura sobre el marco de negociación del Concello ya que, dicen, no han tenido comunicación oficial. Solo los socialistas reconocen un contacto informal la pasada semana sobre "la necesidad de comenzar a hablar" y se remiten a su propuesta de negociación del pasado año, en la que apostaban por una mesa a dos entre el Gobierno y el PSOE y en la que los proyectos fuesen íntegramente acordados por ambas partes antes de anunciarse públicamente.

La portavoz del BNG, Avia Veira, sí se ha mostrado crítica con el calendario expuesto por Ferreiro y considera que comenzar las negociaciones en octubre es "tardísimo". "Ya deberíamos estar hablando este mes de julio", indica Veira, que recuerda que con la actual correlación de fuerzas los acuerdos en María Pita llevan "más tiempo del deseado". En cuanto al calendario, apuesta por definir primero un marco de negociación entre oposición y gobierno, continuar con las conversaciones y, finalmente, aportar las propuestas de cada parte.