Hay un mundo más allá de la mirada fija en la pantalla del teléfono móvil y de buscar bolas que atrapan bichos imaginarios en los museos, los escudos y las iglesias y, ayer, en esos lugares a los que muchos solo van a coger refuerzos para seguir jugando a Pokémon Go, sonó la música durante horas. Fueron cientos de vecinos los que, ayer, se desplazaron al castillo de San Antón, a la plaza de San Nicolás, la plaza de las Bárbaras, la de España, a la fundación Luis Seoane y a la Casa Museo Casares Quiroga para escuchar música en vivo bajo el paraguas del Noroeste.

"Gracias por no tirarnos tomates", bromeó con su público la cantante de Reminders, el grupo que abrió las actuaciones de San Nicolás. Muy puntuales salieron al escenario de las Bárbaras Edu Calvario& Los mártires del Camposanto, que cantaron ante un público heterogéneo en el que había personas que les descubrían y otras que, como Iria Mejuto, reconocían a lo lejos la voz del cantante. A ese mismo escenario se habían subido antes otras formaciones, como Diario de Verano.

Se escuchó música en las plazas, pero también en la casa Casares Quiroga, en la que se cubrió todo el aforo -un centenar de personas- para ver a Robert Pier y la explosión final llegó con Cabo San Roque, en la fundación Luis Seoane, que puso en marcha a su particular compañero, un aparato lleno de cables, de motores, de peines y de recovecos. Un instrumento musical que, como un ser vivo, acompaña a los demás, a la guitarra y el teclado, que tocan los miembros de la banda catalana. A la misma hora sonaba Tachenko en la plaza de San Nicolás y, más tarde, Pardo. Pasadas las diez de la noche se subía Denis Jones al escenario del castillo de San Antón.

El de ayer era el turno de la música experimental, de la fiesta en la calle, de encender también el teléfono para conseguir pociones y cazar algún pokémon y de moverse de escenario en escenario con la esperanza de que los kilómetros subiesen a la cuenta de resultados del juego, pero también de integrar en el programa de las Fiestas de María Pita 2016 algunas tradiciones que nada tienen que ver con videojuegos y luchas, como la de la celebración del Festival de Habaneras, que tiene ahora su sede en la plaza de la Tolerancia, y que inauguraron ayer la formación Airiños de San Fernando, la Coral Sporting Club Casino y la Coral Polifónica El Eco para su jornada inaugural. Fue un día, el segundo de las fiestas de María Pita, también para celebrar el legado musical de Galicia, con la actuación de Gaiteiriños, en la plaza Indalecio Prieto, que fue la encargada de abrir el Festival de Arraigo, un certamen que continuará el próximo lunes y que llevará la música sin descanso a la plaza de la Tolerancia y a Indalecio Prieto durante todo el mes.