Desde que el sector de la pesca inició su larga marcha a los infiernos y los muelles deportivos comenzaron a ganar terreno al mar, no es difícil ver yates de recreo en el puerto. Lo raro, es que su precio alcance los 250 millones de euros. Esta es la cantidad que costó el Alamshar, un yate de megalujo que este fin de semana se dejó ver el puerto coruñés y que fue mandado construir en 2014 por el Aga Khan.

El líder espiritual de los ismaelitas, una de las facciones de los musulmanes de creencia chií, bautizó así al yate en honor a uno de sus mejores caballos de carreras. Conocido entre el mundo de los multimillonarios por su querencia por los yates de lujo, el Aga Khan tardó seis años en ver finalizada la embarcación, a la que le instaló motores Rolls Royce.

La pasión por la velocidad no es nueva para este riquísimo líder espiritual, que hace años logró atravesar el océano Atlántico en un tiempo récord de dos días y diez horas con otro de sus barcos: Destriero.

El Alamshar fue construido en los astilleros del puerto de Plymouth (Reino Unido), famoso por haber ensamblado embarcaciones de otros superricos como el oligarca ruso Roman Abramovich.

Es la segunda vez en pocas semanas que una yate de esta envergadura atraca en la ciudad. A finales de julio lo hizo el Galaxy of Happinness (Galaxia de Felicidad), el trimarán más grande del mundo, es decir, un catamarán de tres cascos. La embarcación llegó a A Coruña procedente de Letonia, donde se encontraban los astilleros donde se construyó, en los que se dedicaron casi treinta meses a esta construcción de fibra de carbono. Se conoce que realizará una segunda escala antes de aterrizar en la costa italiana. Hace nueve meses fue un yate ruso de setenta metros de largo el que atracó en los muelles herculinos.