El castillo de San Antón acaparó todas las miradas esta noche cuando se convirtió, a partir de las 23.00 horas, en escenario de una recreación pirotécnica del desembarco de las tropas inglesas en la ciudad en 1589 y la resistencia de los coruñeses. La Batalla Naval se mudó este año de su anterior emplazamiento en Riazor con una apuesta por la historia.

El espectáculo pirotécnico tuvo una duración de 18 minutos de fuegos precedidos por más dos minutos de "truenos de aviso". "El espectáculo pirotécnico pretende reflejar artísticamente la batalla entre los habitantes de A Coruña y los piratas ingleses con fuego aéreo, acuático y estático", según explicó el responsable de proyectos de Focs d'Artifici Europlá, José Gallart. La empresa valenciana organizó la Batalla Naval por segunda vez después de haberse hecho cargo del espectáculo en 2014.

La Batalla Naval estuvo concentrada en un único punto, y existieron dos zonas de lanzamiento de fuego acuático enfocado hacia el mar. "El reto es que guste al público; que la gente, además de presenciar un espectáculo pirotécnico, tenga la sensación de encontrarse ante una batalla entre dos bandos, dar a entender que además de ser un espectáculo artístico tiene una cierta simbología en cuanto a la defensa de la ciudad del ataque", apuntó hace unos días José Gallart.

La nueva ubicación de la Batalla Naval fue un aspecto relevante en su planificación artística: "Cuando desarrollamos artísticamente el espectáculo, tuvimos en cuenta que el castillo era una fortaleza para proteger la ciudad de las invasiones y que la protagonista de las fiestas es María Pita, cabecilla en la defensa de las murallas de la ciudad", explicó José Gallart.

La empresa trabajó "alrededor de un mes" en la fabricación de los diferentes artificios que compusieron el espectáculo. Para el montaje fueron necesarios diez operarios que estuviueron trabajando durante dos jornadas, comenzando el viernes por la mañana y concluyendo el sábado al atardecer.

En cifras, se dispararon más de 8.000 unidades pirotécnicas y en torno a una tonelada de material explosivo durante la celebración de la Batalla Naval: "En el espectáculo predominan las tonalidades en rojos, amarillos y naranjas, simbolizando los fogonazos y los incendios que sufrió la ciudad en el ataque; haysecciones multicolor y de pedrería, y secciones con alegorías de la propia ciudad con artificios en tonos azules y blancos", avanzó Gallart.

El dispositivo de seguridad previsto para la ocasión implicó restricciones durante la hora en la que se celebró la Batalla Naval en el acceso de viandantes a la parte del Paseo de O Parrote más próxima al castillo de San Antón, incluyendo el paso a la zona de O Martelo, donde se sitúa la estatua de la Virgen del Carmen.

Desde una hora antes hasta una hora después del espectáculo el tráfico permaneció cortado en el tramo del túnel de O Parrote que da acceso a As Ánimas. Durante esas horas también quedó cerrado el aparcamiento ubicado en la zona del Náutico.