El nuevo manual específico de la Policía Local de A Coruña para la atención de delitos de odio se pone en marcha para formar a los cuerpos policiales en la actuación ante estas situaciones. Como medida complementaria se elaborará un registro estadístico que ayude a conocer la dimensión de estas infracciones y oriente al Concello a la hora de diseñar políticas en este ámbito.

El manual está integrado entre las medidas tomadas por el área municipal de seguridad después de su integración en el Programa para Identificación Policial Eficaz (PIPE) en mayo. El PIPE está desarrollado por la Plataforma de Gestión Policial de la Diversidad, que selecciona anualmente a algunos municipios para aplicar sus iniciativas con el objetivo de que los policías lleven a cabo identificaciones más eficaces que ayuden a prevenir delitos de odio en la ciudad.

El Manual de Procedimiento para la Atención policial a los delitos de odio y otros incidentes discriminatorios, recoge las modificaciones que se introdujeron en la última reforma del Código Penal. Un delito de odio es cualquier conducta que suponga una infracción penal y que esté realizada contra personas o colectivos seleccionados por prejuicios hacia la condición del agredido o su vinculación con un grupo social definido por su origen, etnia, idioma, religión, ideología, sexo, edad, discapacidad, identidad sexual, colectivos profesionales, exclusión o marginación social...

El código establece los indicadores de situaciones que puedan constituir infracciones penales de odio y busca poner las bases para garantizar una actuación eficaz de la Policía Local ajustada al ordenamiento jurídico. Los indicadores de estos delitos constituyen los indicios que deben recogerse en los informes policiales ante un atestado, ya que resultan esenciales para la identificación e investigación judicial.

La existencia de estos indicadores no prueba automáticamente que el incidente sea un delito de odio pero su aparición obliga a los servicios policiales a realizar una investigación que aclare el incidente. El objetivo ante estas situaciones es acreditar la supuesta motivación del odio a través de testigos, pruebas del supuesto delito o símbolos y características del autor que lo identifiquen cercano a uno de estos odios hacia ideologías o grupos como comentarios, antecedentes, pertenencias. También se buscará una posible relación del autor del crimen con grupos organizados.

El manual indica que la "aparente falta de motivación por parte de su autor para cometer los hechos se constituye como uno de los indicadores más determinantes". "Es decir, si se produce una agresión que no tiene una explicación coherente y su víctima es identificada como perteneciente a un colectivo vulnerable", explican, "es más que presumible que se trate de un delito de odio y que su motivación real sea la hostilidad hacia la víctima por su pertenencia o relación con dicho colectivo".

Para conocer la dimensión de estas situaciones en la ciudad, la jefatura de la Policía Local realizará un registro mensual y anual de hechos similares conocidos para diagnosticar mejor el problema y acometer las acciones necesarias. Esto se elaborará en coordinación con el resto de servicios policiales y servicios públicos municipales y se extenderá las organizaciones no gubernamentales implicadas. El manual concluye que existe una red de fiscales que tiene como objetivo impulsar y reforzar la actuación del Ministerio Fiscal contra los crímenes de odio, "a partir de criterios uniformes en la interpretación y aplicación de normas jurídicas". Es por eso que se incluye el contacto de la Fiscalía Provincial especialista, a la que deben acudir si se encuentran con una intervención así.