Seis aviones tuvieron que ser desviados ayer desde Alvedro a Lavacolla para poder aterrizar, ya que la niebla les impidió hacerlo en A Coruña. Al no poder tomar tierra en la ciudad, los pasajeros que tenían que salir de Alvedro hacia otros destinos en esos aviones desviados tuvieron que ser trasladados a Santiago para poder continuar con sus viajes.

Los afectados ascienden a más de 1.300 pasajeros. Y es que los desvíos comenzaron ayer con el Iberia procedente de Madrid, que tenía prevista su llegada a las 12.50 horas, pero que tomó tierra, finalmente, en Santiago. Desde allí volaron también los pasajeros que volvían a Barajas. La misma suerte corrió el que tenía que llegar a las 16.55 horas.

El avión de Vueling que llegaba a la ciudad desde Barcelona a las 14.25 horas también fue desviado. El mismo destino sufrió el vuelo procedente de Bilbao, también de Vueling. La aerolínea aseguró ayer que puso a disposición de los afectados todos los medios necesarios para que sus pasajeros pudiesen desplazarse tanto de Santiago a A Coruña como de Alvedro a Lavacolla. El vuelo procedente de Barcelona partió hacia Londres y el de Bilbao volvió al País Vasco.

También fueron desviados el vuelo de TAP, procedente de Lisboa, que tuvo que volver a Portugal desde Santiago y el Air Europa que había salido de Madrid con destino a A Coruña, pero que tuvo que aterrizar y despegar desde Lavacolla.

Los desvíos por condiciones meteorológicas adversas son una constante en el aeropuerto de Alvedro, ya que cuenta con un sistema de ayuda a la navegación, ILS, en solo una de sus dos cabeceras, por lo que, cuando no es posible aterrizar por ella, los pilotos no cuentan con instrumental para poder hacerlo por la más alejada de la ría de O Burgo, la sur.

La entidad Enaire, que fue la encargada de redactar un informe sobre cómo se podrían mejorar las ayudas al aterrizaje en esta cabecera, concluyó que instalar un sistema ILS no sería efectivo en esta zona, por lo que apostó por que las compañías aéreas metiesen en su plan de vuelo unas coordenadas que les sirviesen de guía para automatizar la maniobra de aproximación. Y es que, actualmente, los pilotos se acercan a la pista por esta cabecera solo con la información que pueden obtener directamente, es decir, la que pueden ver. Para la aplicación de este sistema eran necesarias unas pruebas previas de seguridad que todavía no se han realizado.