El mural de Urbano Lugrís en el que el pintor representa una panorámica de A Coruña, que se encontraba en el local ocupado por el café Vecchio de la calle Real, será trasladado a las oficinas principales de Abanca que se encuentran en la calle Olmos, donde será expuesto al público después de ser extraída, restaurada y cedida a la entidad para su uso. La asociación O Mural, que lucha desde hace años por la conservación de esta pieza y que logró que la Xunta tramite su declaración como Bien de Interés Cultural, defiende que trasladar el mural "es la mejor opción si el local en el que se encuentra se va a alquilar y se le dedicará un uso incierto" que no garantiza las condiciones óptimas para su mantenimiento, señala su presidente, Marcos Samaniego. A pesar de esto, considera que "hubiese sido mejor que Abanca adquiriese el local y lo habilitase para su exposición", ya que "lo mejor sería conservarlo en su lugar original" aunque esto requiriese un "acondicionamiento térmico e hidrométrico del espacio in situ".

El estudio contratado por Abanca sobre el estado del mural concluye que la obra presentaba problemas "estéticos, artísticos y estructurales" y que la humedad y el agua habían levantado la policromía, según relata Francisco Muiños, director de proyectos de Arteca, la empresa que realizó el análisis.

La entidad bancaria asumirá los costes relativos a la extracción -ya realizada-, el traslado y la restauración de la obra, con la que buscarán mantener lo máximo posible el contenido original de la obra, además de ofrecer la posibilidad de seguir los trabajos de restauración en su nuevo emplazamiento. Para el presidente de O Mural, el procedimiento de la extracción "está muy bien pensado" y es "interesante a nivel técnico" a pesar de que "algo de daño sí causa al mural".

La idea de Abanca es incluir el mural en una exposición en la que estén de manera rotatoria otras obras de Urbano Lugrís que forman parte de la colección de la entidad. Samaniego considera que la posibilidad de exponer varias piezas del pintor coruñés en una exposición de manera conjunta está "muy bien enfocada" y aplaude que también permitan a los ciudadanos observar las labores de rehabilitación cuando "es algo que no tienen por qué hacerlo". La pintura pasará a denominarse Vista de A Coruña 1669 después de la investigación de Rubén Ventureira que demuestra la inspiración de Lugrís en una obra de Baldi datada en 1669.

La Xunta mantiene abierto el expediente por el que se decidirá si declaran la pintura mural de Urbano Lugrís como Bien de Interés Cultural (BIC) y ya cuenta con una protección provisional que obliga a cuidarlo. El presidente de la asociación O Mural cree que el traslado de la panorámica coruñesa "no afectará a las posibilidades de ser nombrada BIC" y mantiene la esperanza de conseguir introducir toda la obra del artista dentro de esta categoría.

El mural representa un paisaje onírico de A Coruña en el que aparecen varias de las edificaciones más reconocidas de la ciudad. Está pintado a tempera con pintura acrílica sobre yeso y cuenta con unas dimensiones de nueve metros de largo por 2,3 metros de altura.