El curso político echa a andar en el Ayuntamiento después del verano con una declaración de buenas intenciones, marcada por las llamadas al diálogo, la colaboración y la lealtad institucional, por parte del Gobierno de Marea y del grupo municipal socialista, del que el Ejecutivo local necesitará su apoyo para emprender sus principales proyectos ejecutivos. Uno de ellos es el presupuesto de 2017, sobre el que ambas partes expresaron ayer, tras una reunión de sus portavoces, su voluntad de negociar con el fin de que sea aprobado en pleno antes del próximo 1 de enero.

Pero en esta disposición recíproca al entendimiento hay una serie de líneas condicionantes que se han transmitido Xulio Ferreiro y José Manuel Dapena. El alcalde reclama al PSOE que respete sus poderes ejecutivos y el funcionamiento del Concello y le invita a no pactar asuntos de relevancia con el grupo del PP, como ocurrió, por ejemplo, en uno de los plenos en el que se debatieron las cuentas, en abril, cuando socialistas y populares se apoyaron mutuamente en la votación de sus enmiendas y el presupuesto se aprobó de forma inicial pero no como al Gobierno de Marea le hubiera gustado.

Dapena también expuso sus condiciones para ese diálogo abierto "por el progreso de la ciudad", aspectos que califica de "flecos pendientes": debe cumplir los acuerdos suscritos previamente con el PSOE, además de las mociones aprobadas por la mayoría del pleno aunque no hayan sido promovidas por Marea. Hay más: el portavoz socialista pide negociar antes los acuerdos de Junta de Gobierno Local que precisen después la validez plenaria -el proyecto Eidus, señala como ejemplo el PSOE, diseñado en solitario por el Ejecutivo-, detallar el estado de ejecución de las cuentas y resolver cuestiones sin concluir como ordenanzas fiscales o reglamentos, como el de participación.

Los socialistas apoyan en estos pilares, con "ánimo cordial y constructivo", el documento que debe establecer el marco negociador entre las dos fuerzas políticas. El alcalde, con la mano tendida a la "colaboración leal" para que no se repitan situaciones de enfrentamiento como a lo largo de este año y en la mitad del anterior, propone un foro bilateral mensual entre los dos grupos para valorar propuestas y emplaza al PSOE a iniciar cuanto antes el diálogo sobre el presupuesto de 2017, sin dejar de aprobar antes modificaciones de crédito necesario en las cuentas de este año, un asunto llevado a pleno en agosto por el grupo de Marea al que los socialistas no dieron su apoyo.

La reunión entre Ferreiro y Dapena no gustó al grupo nacionalista, al considerarse excluido de la negociación por los presupuestos. "El BNG cree que el espectáculo dado con el último presupuesto no puede repetirse y cree que las tres fuerzas que permitieron el cambio de gobierno en la ciudad deben ponerse a trabajar en unas cuentas más ambiciosas que las vigentes para entrar en vigor el 1 de enero", señala el Bloque en una nota.

La portavoz del PP, Rosa Gallego, calificó la reunión como "una foto preelectoral" y manifestó su convicción de que las cuentas no se aprobarán antes de que acabe el año. "A ver a qué acuerdos llegan, porque nos han acostumbrado a que tras hacerse la foto se rompe el amor al día siguiente", añadió.

La edil de Facenda, Eugenia Vieito, informó de que la Cuenta General del Concello de 2015 arrojó un resultado favorable de 22,27 millones de euros, un balance que deberá ser aprobado en pleno para ser remitido al Tribunal de Cuentas.