La concejalía de Rexeneración Urbana ha ordenado retirar los faroles colgantes que quedaban en los soportales de la plaza de María Pita, a excepción de los del Palacio Municipal, de mayor tamaño y con "valor ornamental". Tras la caída de una de estas luminarias a la calle a principios de agosto, la empresa de mantenimiento realizó un análisis y retiró otras once con peligro de precipitarse a la vía pública. El Concello ha decidido eliminar las que quedan al analizar la contratista que podrían dar idénticos problemas "a corto plazo" debido a la oxidación de los anclajes. El área municipal cree que supondría un "elevado coste de mantenimiento y un problema de seguridad" y alega que hoy en día se supera en la zona los límites recomendados por el Comité Español de Iluminación.

Los lados este, oeste y sur se quedarán, de este modo, con los 51 proyectores que ofrecen luz indirecta y sin los 24 faroles colgantes, ocho en cada uno de los tres soportales, que sobrevuelan las arcadas (todos de 70 watios). En la actualidad, ya se pueden ver algunos de estos espacios vacíos, solo con el cable del enganche. Las siete luces del Palacio de María Pita permanecerán en el lugar, ya que en 2013 se le cambiaron las cadenas y los mosquetones que las soportaban por su peso y envergadura.

Fuentes municipales informan de que, "afortunadamente sin causar daños personales", una luminaria cayó sobre el empedrado, a la altura del Cambalache. Según el análisis realizado por la empresa adjudicataria del alumbrado municipal, rompió el gancho que la soportaba. La firma revisó el resto y retiró de forma cautelar "las que presentaban un riesgo mínimo de caída". En total, once. Según las mismas fuentes, la concesionaria indicó que, "a corto plazo", habría que sustituir los elementos de soporte de las que aún permanecen enganchadas, "lo que generaría un coste adicional".

Durante el mismo mes, el Concello relata que encargó un estudio lumínico para "analizar la incidencia del alumbrado de los faroles gigantes" en los soportales. Su conclusión, que entre los proyectores de luz indirecta y las farolas se superan los niveles recomendados por el "Comité Español de Iluminación". El área de Rexeneración Urbana tenía la opción de retirar los faroles colgantes o reponer los 24 por "otros de similar tipología, pero más eficientes, con refuerzo en los anclajes". El coste estimado es de 35.000 euros. El Concello eligió la primer alternativa, "dado que lumínicamente son innecesarias y poseen un elevado coste de mantenimiento". El ahorro es de 1.200 euros al año, afirman.