El presidente de la Asociación pola Liberdade Afectiva e Sexual da Coruña (ALAS), David Fuentes, denuncia que se ha detectado "un repunte" en los delitos de odio, y destaca que, aunque "A Coruña es una ciudad aparentemente bastante tranquila, casos los hay".

A pesar de la tendencia general a pensar que la juventud es más tolerante, en concreto en relación a diversidad sexual, la LGTBfobia sigue siendo una realidad. "Lo que se ve en las calles, en las estadísticas, es que todavía hay muchos problemas derivados de la intolerancia", explica Fuentes, "y es un tema que hay que trabajar sobre todo a nivel académico, desde pequeños, para evitar que luego cuando llegan a la adolescencia, que es un momento más complicado, surjan estos problemas".

Fito Ferreiro, concejal y coordinador federal del grupo LGTB del PSOE, afirma que, aunque la sociedad como conjunto es más tolerante, "hay una parte que está más beligerante contra nosotros, nos ataca más, en concreto a través de las redes sociales, donde la gente cree que puede decir lo que quiera".

El cambio que se ha notado, afirma Ferreiro, es que hay más denuncias. "Esto es algo que pasó también con la violencia de género, que a las mujeres les costaba denunciar, y nos está pasando lo mismo", explica el edil, "el fenómeno actualmente es que nosotros denunciamos más a la policía, por lo que empezamos a estar en las encuestas y en los datos".

Tanto David Fuentes como Fito Ferreiro están de acuerdo en la importancia que tiene la formación de los cuerpos de seguridad. "Hasta ahora hay mucha desinformación", explica el portavoz de ALAS, "y eso lleva a que cada persona como buenamente pueda y sepa atienda estos casos". Es por esto que la asociación se encuentra trabajando con la Policía Local para "establecer una serie de protocolos y orientar a las unidades de los cuerpos de seguridad para que sepan cómo manejar ese tipo de casos", explica Fuentes.

Lo que echan en falta, dice Ferreiro, "es que haya una preparación, unos protocolos, que sepan lo que es un delito de odio". El concejal denuncia que los profesionales al cargo del establecimiento de protocolos tengan que "buscarse la vida y la necesidad de formar al trabajador que tienes a tu cargo".