En la parte más a la izquierda de la panorámica coruñesa, Baldi dibujó un monte que presumiblemente es el de Santa Margarita. Ventureira pone el acento en que Lugrís arranca la pintura basándose en el italiano pero decide situar, en lugar del monte, unas rocas puntiagudas muy recurrentes en la obra del pintor coruñés. Estas formaciones aparecen en su obra en varias ocasiones tanto debajo del mar como en la superficie en obras como Leyenda de Domenech o Leyenda marina.