El barrio del Agra do Orzán amaneció este domingo con los rostros de los candidatos a la Xunta retocados. Al menos en algunos de sus carteles. A golpe de rotulador, algún vecino anónimo optó por pintar un bigote de nazi a Alberto Núñez Feijóo, una considerable melena a Luís Villares o una barba a Ana Pontón. Si las campañas ya no sirven para condicionar el voto, como señala algún experto, al menos que fomenten el ingenio.