Dos madrugadas seguidas, dos asaltos en pleno Ensanche. El lunes en Juana de Vega, ayer en la calle Compostela. Primero forzaron cuatro oficinas en un mismo edificio, al día siguiente repitieron el modus operandi en otro inmueble, en siete locales y una vivienda ocupada. La Policía Nacional investiga el allanamiento que sufrió ayer el número 8 de la calle Compostela, donde uno o más delincuentes irrumpieron para forzar puertas de despachos y negocios y revolver en muebles en busca de dinero u objetos de valor; en esta ocasión trataron de entrar en una vivienda -una de las dos que hay en el edificio-, donde su propietaria sorprendió en el vestíbulo a un hombre que emprendió la fuga al ser descubierto.

El asalto no fue denunciado hasta después de las seis de la madrugada, cuando el portero del inmueble, avisado por la mujer en cuyo piso trataron de entrar, descubrió a continuación que las puertas de siete locales de negocios o despachos en otras plantas habían sido forzadas y llamó al 091. Agentes de la Policía Científica estuvieron por la mañana examinando los pisos asaltados para tratar de descubrir pistas sobre la autoría de los allanamientos y si el suceso tiene relación con el del día anterior en Juana de Vega.

Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía consultadas por este periódico no precisaron en cuántas oficinas o pisos en total habían entrado los asaltantes ni si actuaron uno o más delincuentes; los ocupantes de siete locales y la mujer residente en la primera planta sí confirmaron que habían sido los afectados.

Escaso botín

El hombre que fue sorprendido en la vivienda no se llevó nada, pero en los despachos desaparecieron 20 euros y 40 euros de sendos cajones, un juego de llaves de una inmobiliaria y un sujetador de un negocio de lencería que apareció sobre el escritorio de un local de otra planta. Las ocho puertas fueron forzadas, alguna rota o desencajada, y en los interiores aparecieron archivadores y cajas desordenadas, pero no más destrozos.

El susto más grande se lo llevó la dueña del piso asaltado, María Elena Viturro, quien relató que a las 2.45 horas oyó un fuerte golpe en su hall; allí se encontró con un hombre al que no pudo identificar, a contraluz junto al marco de la puerta de entrada. "¿Qué pasa?", le preguntó. "No pasa nada", respondió el intruso, y se marchó.

La madrugada anterior cuatro empresas de la segunda y tercera planta de un edificio de Juana de Vega fueron forzadas. Los ladrones no se llevaron objetos de gran valor pero causaron daños materiales.