La renovación de las cubiertas del estadio de Riazor necesitará un nuevo proyecto de obra que, según fuentes del Concello, podría aumentar el coste de la obra hasta los 4 millones de euros. Tras analizar varias opciones, el Gobierno local y la constructora Dragados han acordado finalmente anular el contrato actualmente vigente -diseñado en 2013 con un importe de 2,5 millones- al considerar la constructora que, con esa cantidad, es "inviable" reformar los techos del estadio, dada la complejidad de la intervención y el mal estado en que se encuentran.

El Gobierno local, que no tendrá que pagar ningún tipo de indemnización a Dragados por esta rescisión, sacará a concurso el nuevo proyecto "lo antes posible", según explicó ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, en declaraciones a una emisora local. En él, además de incrementarse el coste de las obras, se incluirán nuevas intervenciones en Riazor, que no se incorporaban hasta ahora. Por ejemplo, con el nuevo diseño se sustituirán por completo las cubiertas de Preferencia y Tribuna -las que en peor estado se encuentran-, mientras que en Maratón y Pabellón solo se realizarán reparaciones, manteniendo la actual estructura, instalada más recientemente. "Vamos a aprovechar la intervención para hacer una obra más ambiciosa", indicó Ferreiro ayer.

En cuanto a los plazos de inicio y finalización de los trabajos con este nuevo escenario, el alcalde eludió poner fechas. Lo único que está claro es que, al tener que anularse el contrato actualmente vigente, por delante espera una ardua tramitación burocrática que, temen fuentes próximas al Deportivo, hará demorar varios meses más el inicio de las obras. "Buscaremos la fórmula para agilizar y poder empezar a trabajar, aunque sea, en la zona de Maratón y Pabellón", remarcó el regidor.

¿Cuál es entonces el origen de esta anulación y del retraso en la reparación de Riazor? La respuesta hay que buscarla en el proyecto que el anterior Gobierno local del PP sacó a concurso en 2013 y cuya ejecución acabó adjudicando a Dragados. La constructora considera que no es posible realizar los trabajos de reparación con la cantidad de dinero que se había presupuestado hace tres años. El principal escollo se encuentra en los tejados y estructura de Preferencia y Tribuna, instalados en los años 80 y muy afectados por la corrosión de la salitre, pese a los parches y reparaciones puntuales que se realizaron sobre la estructura desde entonces.

El presidente del Deportivo, Tino Fernández, señaló que el cambio de las cubiertas es "absolutamente necesario". "Si hay una solución, pues fantástico", apostilló. Y es que la Liga de Fútbol Profesional está exigiendo esta temporada a los clubes mejoras en los equipamientos de sus estadios, como por ejemplo el sistema de iluminación, cuya instalación en el caso de Riazor tiene relación directa con la estructura de las cubiertas.

El deterioro de las cubiertas de Riazor preocupa a los aficionados y a la Federación de Peñas, especialmente ahora que se acercan las estaciones de lluvias. Durante la última temporada, fueron frecuentes los problemas de goteras con la llegada del mal tiempo a la ciudad.

Pese a que se trata de un complejo deportivo de titularidad municipal, los costes de mantenimiento y renovación del estadio son costeados por el Real Club Deportivo de A Coruña, con la única excepción de las cubiertas, que son responsabilidad del Gobierno.

Fuentes del actual Ejecutivo responsabilizan de la actual situación en el estadio de Riazor a la "chapuza" heredada del anterior Gobierno del PP y aseguran que el Concello hará lo posible para garantizar la seguridad de los aficionados.