El arquitecto Arturo Franco Taboada presentó ayer en la librería Arenas su último trabajo ilustrado, El Camino dibujado: de Asís a Compostela, con el que busca, entre otros objetivos, despertar el interés de los gallegos por su tierra. "Creo que el nuestro es un reino muy difícil de conocer", explica el arquitecto, "por tratarse de un territorio, el nuestro, tan aparentemente alejado a lo largo de los siglos al noroeste de la península ibérica".

La cantidad de "pequeños asentamientos" repartidos por la comunidad es una dificultad añadida para conocer el territorio en su totalidad, añade el autor. Son "unos 33.000, la mitad de los que hay en España". Aunque considera que "hoy es mucho más fácil de conocer", el arquitecto afirma que "es una tierra que yo creo que la conocen muy pocos gallegos, tiene tantas cosas por ver, tanta riqueza patrimonial, tantos monasterios y abadías antiguas, que yo creo que vale la pena dedicarle algún tiempo de las vacaciones y conocer nuestra propia tierra, que es extraordinaria".

El lanzamiento de este cuaderno de dibujos, en edición bilingüe español-italiano, coincide con "el centenario de la posible visita de San Francisco de Asís a Galicia, a Compostela", explica el escritor, que es lo que motivó que se planteara la incorporación de la ruta franciscana de Asís a su obra. A continuación, da un salto a Galicia y contempla los 8 posibles caminos de Santiago que existen: en el norte de la comunidad están el camino del Norte y el camino inglés; al este, el camino francés y el primitivo; al oeste, el camino de Finisterre y la ruta fluvial del Ulla y, al sur, el camino del Sudeste o la antigua ruta de la plata y el camino luso.

"No se trata de una guía que marque los kilómetros ni las distancias", explica Arturo Franco, sino más bien de una "memoria de viajes" a través de las diferentes rutas, "de anécdotas, historias y aspectos interesantes que existen alrededor de todos esos caminos".

En la presentación le acompañaron ponentes como José Manuel Piris y Rafael Astor. "Los dos son ingenieros de caminos, y qué mejor que un ingeniero de caminos para hablar de los caminos", bromeó el escritor. También participó Javier Ozores, que se ocupó de la gastronomía de la ruta de Asís. Aunque la obra no se centra demasiado en la cocina italiana, la gallega tiene mayor protagonismo. "Al final del libro hay un pequeño diccionario de la cocina de los caminos, porque curiosamente cada uno de ellos tiene su propia especialidad", aclara el arquitecto, como es el caso del congrio de la Costa da Morte, la comida más característica del camino de Finisterre, o del pulpo para la ruta del Sudeste.