No es la primera vez que el Tribunal de Cuentas de la UE, órgano encargado de fiscalizar las inversiones que se realizan con dinero comunitario, pone sus ojos en Langosteira. Tiene casi trescientos millones de euros, aportados desde 2005, que controlar. La primera visita de los auditores fue en 2010. La segunda, en junio del pasado año. Entre una y otra turné, el órgano fiscalizador ve "un modesto aumento de sus actividades", aunque entiende "infrautilizada" la inversión europea. El Puerto señala que los avances son mayores, puesto que ha transcurrido más de un año desde que analizaron el puerto exterior, ignorando en su informe los nuevos traslados y la nueva carretera.

En su primer informe, el Tribunal de Cuentas de la UE auguraba que no bastaría con la inversión hecha en punta Langosteira para que el puerto funcionase a pleno rendimiento. ¿El problema? El organismo responsable de examinar la eficacia de los Fondos Estructurales concedidos desde el año 2000 sostenía que la ausencia de comunicaciones terrestres entre el puerto exterior coruñés y el interior estaba repercutiendo en el resultado final de las ayudas de la UE. Su conclusión, que serían "necesarias inversiones adicionales significativas" para que la dársena funcionase "a la medida de su capacidad".

Los trabajos se desarrollaron entre demoras y un sobrecoste importante, de los 429 millones de euros de la adjudicación a los 750 en los que Puertos cifró el presupuesto global en 2014. Desde aquel test de 2010, hubo que esperar seis años para que funcionase la primera conexión, la carretera, con más de 83 millones de inversión. En cuanto al tren, acaba de ser adjudicada la redacción del proyecto, una vez elegido un tramo que, según las previsiones iniciales, costaría en torno a los 130 millones de euros.

Un lustro después, el Tribunal de Cuentas de la UE decidió volver a A Coruña (y a otras cinco terminales en circunstancias similares como Ferrol) porque sus primeros exámenes habían sido "especialmente problemáticos" puesto que las "las construcciones no se habían utilizado y las infraestructuras financiadas estaban vacías o mal conectadas". Se encontró con un "modesto aumento de sus actividades" aunque estando "significativamente por debajo de la capacidad máxima creada". En el caso de A Coruña, la cifra en el 10%. Calca entonces las palabras del informe de 2010, advirtiendo que será "necesaria una financiación pública adicional considerable para que los proyectos en cuestión puedan funcionar adecuadamente".

En el mismo informe responde la Comisión Europea, confiando en que el diseño del tren esté acabado en 2017 y que las obras se finalicen antes de 2021. Para justificar la lentitud en la puesta en marcha de la actividad en punta Langosteira, la Comisión recuerda "el impacto de la crisis económica de 2007". Destaca que la inversión se ha completado según los planes previstos y el puerto está en fase de desarrollo. "La actividad ha ido aumentando desde la última fiscalización", matiza. En la misma línea se pronuncia la Autoridad Portuaria, que responde que, tras triplicarse la actividad, "esta tendencia creciente continuará en los próximos meses". "Las apreciaciones del Tribunal corresponden a los tres primeros años de vida de un puerto planificado y diseñado para ser explotado durante las próximas décadas", alegan.