El Gobierno municipal cree haber dado con una de las claves para desbloquear, al menos parcialmente, el limbo legal en que se encuentran las terrazas de los locales hosteleros de A Coruña. El plan del Ejecutivo es instalar en todos los frentes de los bares, cafeterías y restaurantes del centro de la ciudad una señalización física en el suelo que delimite la superficie máxima que pueden ocupar las mesas y sillas exteriores. Según señaló a este diario el concejal de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz Grandío, el sistema para marcar la zona de terrazas, que seguirá el criterio que fija la actual ordenanza, consistirá en unas chinchetas metálicas que estarán ancladas al suelo.

Inicialmente solo se marcará en el ámbito incluido en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Pescadería, es decir, entre la Marina y San Andrés y entre plaza de Mina y la plaza de María Pita. "Estas chinchetas van a facilitar la cosas a todo el mundo, tanto a la Policía en sus labores de control como a los usuarios y hosteleros, que sabrán claramente hasta dónde pueden llegar", indicó el concejal.

Actualmente, muchas de las terrazas del centro de la ciudad carecen de licencia. La génesis de esta situación hay que buscarla en la ordenanza de terrazas aprobada en mayo de 2013. En enero de 2014, el Ejecutivo de Carlos Negreira externalizó el servicio para gestionar las solicitud de licencia de las instalaciones y contrató, después de un concurso público, a la empresa Eptisa Servicios de Ingeniería. Los técnicos de esta compañía denegaron gran parte de las solicitudes de permiso, lo que generó inquietud entre parte del colectivo hostelero, que acusó al Concello y a la empresa concesionaria de ser excesivamente "estrictos" con los requerimientos y el cumplimiento de la nueva ordenanza.

Díaz Grandío asegura que la propuesta ya se le expuso a los locales hosteleros que, dice, mostraron "buena disposición". "Es una forma de autorregularse para que no exista esa batalla de que el vecino colocó una fila más de terrazas", remarcó el edil, que asegura que el Concello se reunirá con cada uno de los negocios en las próximas semanas para definir los criterios de delimitación.

El conflicto de las terrazas es uno de los eternos problemas sin resolver en la ciudad. Especialmente con la llegada del buen tiempo y, sobre todo, en las calles del centro, son habituales los casos de locales que comen con sus mesas exteriores espacio al peatón para ganar un par de sillas en las que poder sentar a los clientes.

Frente a las críticas de algunos empresarios del sector que acusaron al Ejecutivo de haber modificado detalles de la ordenanza, Díaz Grandío asegura que no se ha cambiado ninguna exigencia de la norma desde que la Marea llegó al Gobierno, aunque sí "el trato con los hosteleros". "Ahora hay un recibimiento uno a uno para tratar cuestiones referidas a cada local con el objetivo de que puedan contar con una terraza regularizada", afirma.