Suponemos que lo peor de la noche para un sufridor apoderado del PSOE en Riazor fue el recuento de los votos de su urna. Es un barrio claramente escorado, en el que el PP saca sus mayores diferencias. Los populares no se conformaron solo con el aplastamiento distrital, sino que los ediles Rosa Gallego y Martín Fernández Prado hicieron a tal socialista dejar sus quehaceres para retratarlos, todos felices, con sus apoderados.