"Lo mejor de ser mayor es recordar las experiencias de toda tu vida y de todo lo que has pasado, bueno y malo". Esto afirmaba Manuela Fojón, una de los cientos de personas que se acercaron ayer hasta la sede de Afundación o que simplemente paseaban por los Cantones y se encontraron con el photocall que celebraba, con un día de adelanto, el Día Internacional de las Personas Mayores.

Todo el que lo deseó pudo hacerse una fotografía con el marco, que lucía el lema Orgullo de ser mayor arriba y una frase de su elección por abajo, que la mayoría de los asistentes pasaban unos cuantos minutos eligiendo minuciosamente hasta dar con la que más identificados se sentían.

A la cita organizada por el Centro de Mayores de Afundación acudió el ex entrenador del Deportivo de La Coruña Arsenio Iglesias que manifestó que, aunque ser mayor tiene pocas ventajas por los achaques que conlleva, "hay que dar las gracias a Dios por llegar con una buena actitud y ayudar a cuidar a los nietos lo mejor que se pueda". De todo lo que le ha pasado en la vida, Arsenio afirma que "lo importante es acordarse de las mejores, porque lamentarse no vale absolutamente de nada".

Berta Tapia, la única alcaldesa que ha tenido la ciudad de A Coruña, fue otra de los invitados de honor del homenaje a la tercera edad. "La ventaja es que ves la vida desde aspectos que de joven no llegas a ver", declaró, "porque has pasado por circunstancias que te hacen vivir mejor de mayor". Su suerte, afirma, es haber llegado a esta edad con salud, ya que así "da mucho gusto ser mayor". La experiencia le ha enseñado a esta coruñesa, que ya cuenta con 89 primaveras, que "hay que comprender las diferentes formas de ver la vida, que todo el mundo tiene sus razones y hay que respetarlas y tratar de entenderlas".

No todos fueron tan optimistas. Manuel Fraga, uno de los paseantes que se acercaron para hacerse una foto, declaraba que "ser mayor no es una ventaja, es una desgracia", porque, según él, "lo pasaba mejor cuando tenía 30 años menos". Otros, como Asunción Presedo, se toman esta etapa y sus achaques con más filosofía, ya que, a pesar de que ella ve muy poco ya, se alegra de "poder haber venido hoy a hacer la foto". La abundancia de tiempo libre, "que falta nos hace porque vamos más lentos" y las ganas de seguir aprendiendo todos los días es lo que destaca María Luisa Fernández en la celebración de la tercera edad.