Un padre y su hija se sentarán el jueves de la próxima semana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por vender hachís y cocaína a consumidores, entre ellos menores, en el piso de la ciudad en el que residían. El fiscal demanda que el procesado, de 61 años, al que los agentes le incautaron dos escopetas, una pistola y munición, sea condenado a ocho años de cárcel -seis por el delito contra la salud pública y dos por tenencia ilícita de armas- y al abono de 1.896 euros.

Para la imputada, de 23 años, la Fiscalía reclama en su escrito de calificación una pena de tres años y siete meses de prisión y el pago de una multa de 1.896 euros. La unidad antidrogas de la Policía Nacional realizó vigilancias en la vivienda y comprobó que vendieron droga, al menos, entre abril y mayo de 2015. Los sospechosos fueron arrestados el 5 de mayo de 2015 por agentes del 091.

Los funcionarios constataron que los dos procesados vendían cocaína y hachís. En la vista que se celebrará esta semana prestarán declaración los policías que vigilaron la vivienda. Los menores, según informó entonces el 091, solían adquirir hachís y los investigados en ocasiones les regalaban pequeñas dosis cuando no disponían de suficiente dinero en efectivo para pagarlas.

En el registro los agentes se incautaron, además de armas de fuego, de 50 dosis de cocaína y de medio kilo de hachís, 3.500 euros, teléfonos móviles y un gran número de armas blancas, como machetes y navajas.

La Audiencia Provincial también juzgará la próxima semana a dos acusados de dedicarse a la venta de cocaína y heroína en la ciudad. La mayor parte de las transacciones se llevaban a cabo en un bar. La Fiscalía pide en su informe sobre los hechos ocho años de prisión para uno de los imputados y cinco años de cárcel para el otro.