La Policía Nacional y la Policía Local reúnen más de mil efectivos en la ciudad repartidos entre brigadas y unidades. La cifra de agentes disminuye cada año: por razones que van desde la modificación de los sistemas de turnos de trabajo o la escasez de personal en las áreas de investigación, como ocurre en el 091, a la reasignación de policías para otros servicios (el control de los accesos a la Marina, por ejemplo) o la anulación de refuerzos nocturnos, que han condicionado la operatividad del 092, según señalan los sindicatos policiales.

Entre la Policía Nacional y la Local están sin cubrir 154 plazas de agentes, el 12% del total. La relación de puestos de trabajo del 091 recoge 871 efectivos, de los que 106 (el 12,16%) están vacantes. En el cuerpo municipal, las plazas sin ocupar son 46, el 11,2% de las 411 establecidas.

Fuentes de la Policía Nacional consideran como "un hecho objetivo" el número actual de agentes, sin cuestionar la suficiencia o escasez ni profundizar en el estado de los recursos humanos: "Si por nosotros fuese, cuantos más agentes, mejor, porque prestaríamos un mejor servicio. Entendemos que los recursos que hay son aceptables, aunque cualquier incorporación será bienvenida. Con lo que hay intentamos optimizar lo que tenemos al máximo y con garantía".

Otras fuentes policiales ofrecen una visión más concreta de la situación de las plantillas que revela una disponibilidad de medios humanos por debajo de lo deseable. La Relación de Puestos de Trabajo de los cuerpos de Policía en la ciudad recoge 871 agentes nacionales y 411 locales, pero en la actualidad hay 765 (de los que una parte cubren servicios en toda Galicia) y 365 respectivamente, lo que refleja que hay 106 plazas sin cubrir del 091 y 46 del 092.

La investigación relacionada con los robos con fuerza en pisos o locales es competencia del 091. Su trabajo ha de repartirse en 37 horas y media a la semana. En un día laborable de servicio habitual hay tres o cuatro radiopatrullas (los Z, con dos agentes) en cada turno de mañana, tarde y noche todos los días y tres UPR (unidades de prevención y reacción) de mañana y tarde de lunes a viernes. A estos efectivos se les suman refuerzos ocasionales como los antidisturbios para cubrir espectáculos, y hacer controles y funciones de protección antiterrorista, y la brigada móvil para servicios en estaciones de transporte.

"La distribución de unidades se ve afectada por la reducción de plantilla, que hace que los tiempos de respuesta ante delitos sean ahora mayores", advierte Sandra Castro, portavoz del sindicato SUP. El problema no encuentra soluciones posibles como la flexibilización de la distribución laboral o la cobertura de plazas, añade. "Cada año se jubilan quince agentes y se incorporan tres, y llevamos así cinco años. Así no se puede lograr una adaptación del catálogo de puestos de trabajo a la realidad delincuencial".

Desde el sindicato CEP, el portavoz José Manuel Juncal confirma que no es una sensación, sino una realidad, la escasa presencia de policías en la calle, que se debe a la pérdida de agentes: "No hay efectivos, pues lo que deben hacer los mandos es distribuir mejor a los que hay. Pero no, están haciendo una mala gestión de los recursos. La ciudad no es insegura, pero el aumento de delitos se puede evitar con una mejor organización".

El 091 tiene como cometido funciones básicas de prevención e investigación. De las primeras se encarga la sala del 091, que recibe llamadas, asigna servicios y coordina patrullas, los Z y las UPR con sus refuerzos puntuales según la presencia de personal. Las segundas corresponden a la brigada de Policía Judicial, que investiga sobre grupos organizados y violentos, delitos económicos y tecnológicos, violencia de género, asaltos con fuerza o tráfico de droga organizado e internacional, y las comisarías de los distritos Norte y Sur, que indagan delitos menores como hurtos y lesiones y reciben denuncias presentadas por ciudadanos.

Existen otras unidades especializadas con tareas muy específicas cuya incidencia en las funciones de investigación y prevención de los delitos habituales no es directa, como las brigadas de Extranjería y Policía Científica y las unidades de Fronteras y Subsuelo, que no solo tienen servicios en la ciudad.

Ante la reducción de efectivos de investigación y la poca voluntad de los mandos de aumentar esta plantilla, fuentes policiales son críticas con una estrategia puesta en práctica en los últimos años, la de hacer "que se vea" policía uniformada en días laborables de mañana y tarde mientras las unidades especializadas se ven mermadas, lo que, a su juicio, produce una "falsa sensación de seguridad" cuando en realidad, aseguran, se están resolviendo menos delitos.

La distribución habitual de patrullas de la Policía Local en un día laborable comprende cuatro vehículos uniformados con dos agentes en turnos de mañana y tarde de lunes a viernes, dos o tres patrullas motorizadas con la misma disposición, cuatro patrullas de la llamada policía de barrio, otras dos de disciplina vial y servicios de seguridad en edificios institucionales, dependencias municipales y mercados. La Unidad Nocturna, de lunes a domingo, tiene cinco patrullas, una de atestados.

La Unidad de Distritos y la de Tráfico integran de forma general el 092: una patrulla día y noche, vigila espacios públicos, atiende urgencias, controla la venta ambulante y vela por la seguridad ciudadana; otra regula la circulación, investiga accidentes, realiza atestados, controla aparcamientos y hace pruebas de alcoholemia. Otra unidad, la de Coordinación y Apoyo, se dedica a tareas administrativas.

En las tres unidades hay pérdida de personal y no se cubren bajas por edad. Agentes de un departamento han sido trasladados temporalmente a otros servicios, se ha reducido la partida de horas extraordinarias y se ha suprimido el refuerzo nocturno en fines de semana, según apuntan fuentes de la policía.

Con esta estructura organizativa del trabajo policial la ciudad ha experimentado una preocupante dinámica delictiva en la primera mitad del año. Los datos del Ministerio del Interior ofrecen un contraste negativo frente a la tendencia nacional en algunos apartados. Los robos con violencia e intimidación aumentaron un 3,2% frente al descenso del 2,5% en España de enero a julio; los asaltos con fuerza en pisos subieron un 83%, muy por encima del alza nacional del 2,2%; y la sustracción de vehículos creció un 19% frente a la caída estatal del 0,6%. Por el contrario, bajaron un 2,2% los delitos y faltas y descendió un 40% el tráfico de drogas. Los sindicatos matizan que las autoridades policiales "manejan" o interpretan los datos a su conveniencia.

El aumento de delitos en la ciudad suele hacer reaccionar a los vecinos y a los grupos de la oposición con la petición de que se reúna la Junta Local de Seguridad para establecer acciones de colaboración y coordinación entre Policía Nacional y Policía Local. Entre 1994, año en que se constituyó, y 2011 solo se reunió una vez; en 2012 se aprobó el primer Plan Local de Seguridad Ciudadana; y desde 2014 no se activó ningún protocolo de coordinación, repasan fuentes policiales.

Cuando se produjo la alarmante oleada de robos en pisos en el verano de 2014, durante el mandato del PP, la Junta Local de Seguridad no se convocó hasta finales de septiembre, cuando ya se habían presentado más de 180 denuncias solo en julio y agosto y después de que se hubieran practicado algunas detenciones a integrantes de grupos organizados extranjeros. Tras la proliferación de allanamientos en comercios, bares y oficinas el último verano, el Gobierno de Marea tampoco ha propiciado una reunión de la junta para abordar el nuevo brote delictivo y debatir posibles actuaciones coordinadas entre los cuerpos policiales.